1. Infieles todos en un fin de semana: Maribel


    Fecha: 05/07/2024, Categorías: Infidelidad Autor: RRuser, Fuente: CuentoRelatos

    ... pesar mucho me ayudaba para cargarla fácilmente. Olía riquísimo el perfume que usaba esa noche. Nos separamos para quitarnos la ropa, estando desnudos la volví a cargar de la misma forma, ella con sus piernas abiertas alrededor de mi cuerpo, podía sentir la humedad de su panocha sobre mi abdomen, mi verga estaba muy dura y solo era necesario un movimiento para ensartarla, pero no me había puesto condón. Además quería probar esa humedad que traía entre sus piernas, así que la recosté en la cama y me bajé a meter mi lengua en su pequeña panocha, ella gemía y se aferraba a mi cabeza mientras levantaba sus piernas, podía sentir las plantas de sus pies sobre mi espalda y la presión que sus piernas hacían en mi cabeza. No tardó mucho en venirse y su orgasmo me supo delicioso, metí mi lengua tratando de dejarla lo más limpia que se pudo y ella no dejaba de gemir.
    
    Le tocaba a ella hacerme una mamada, recuerdo que apenas le cabía la cabeza y un poco más de mi verga en la boca y eso con algo de trabajo, pues su boca es pequeña, pero ya caliente le entraba un poco más. Ese día la coloqué sobre la cama como para hacer un 69, pero ella estando abajo era un poco incómodo, así que teniendo mi verga en su boca, pasé mis brazos por su cintura y la levanté, así estábamos haciendo un 69 de pie, ella puso sus piernas sobre mis hombros y yo la tenía abierta y disponibles su panocha y su pequeño ano, el cual esa noche iba a ser mío. Pasaba mi lengua de un extremo a otro de su panocha y mordía ...
    ... sus pequeños labios vaginales, ella aunque estaba de cabeza, se esmeraba en hacerme una buena mamada mientras sus manos se aferraban a mis nalgas con fuerza. Lo apretada que sentía su boca y la succión que hacía me hacían disfrutar mucho pero no me hizo venir. Así como la tenía me concentré en su ano, con mis manos abarqué lo más que pude sus nalgas y las separé, puse ahí mi lengua e hice presión para meterla lo más posible, ella gemía y movía sus nalguitas disfrutándolo y aunque tenía la boca llena, sus gemidos parecían pedir más a lo que yo abría más la boca estirando mi lengua al tiempo que separaba sus nalgas con fuerza, su ano estaba muy dilatado. Ella tan excitada, ese era el momento para penetrarle el culo.
    
    La recosté en la orilla de la cama y coloqué sus pies sobre mis hombros, tomé el tronco de mi verga con la mano y estando lubricados su ano y mi verga con nuestras salivas, comencé a hacer presión, ella se aferró con sus manos a las sábanas y la sentí tan apretada cuando entró la cabeza, ella solo dio un gemido pequeño y me pidió hacerlo despacio. Ya estaba dentro así que solté mi tronco y puse mi mano alrededor de su cuello y comencé a hacer presión. Sentí como iba desapareciendo dentro de ese culito apretado, sus gemidos eran de dolor, así que me acerqué a besarla, ella se abrazó a mi cuello y estando así me quedé quieto y fue ella quien comenzó un movimiento de caderas metiéndose con ese ritmo un tramo más de mi verga, yo no tenía palabras para describir lo que ...