1. Dos mujeres para el sargento Ponter


    Fecha: 08/07/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Theresa1986, Fuente: CuentoRelatos

    ... Viuda.
    
    Metió el revólver Colt que estaba a su lado en su faja y me siguió. La cara de la Squaw era diferente esta vez. No tenía miedo. Tenía el aspecto de una mujer que sabe porqué está en los brazos de un hombre y le gusta ser así. Mientras la acostaba, la viuda me rozó y sentí sus pechos contra mi brazo. La Squaw tenía miedo ahora, pero por la otra mujer, no por mí.
    
    "¿Qué diría su esposa si fuera a su casa con una squaw?" preguntó la Viuda.
    
    "Mi esposa murió de tisis hace dos años", respondí.
    
    "Lo lamento."
    
    "Fue hace mucho tiempo. Dame tu arma", le dije, tendiéndole la mano.
    
    "¿Por qué? Ella está atada".
    
    "Porque yo sé quieres matarla. ¿No es así?"
    
    La Viuda no habló, pero el odio en sus ojos respondió por ella.
    
    "¿Ella mató con los comanches?"
    
    "No."
    
    "¿Ella lastimó a alguno de ustedes?"
    
    "Ella es una india".
    
    "¿Ella cometió algún asesinato?" Lo repeti.
    
    "No. No la vimos hasta que estuvimos todos atados, pero..."
    
    "Te traje agua y te limpié la frente", dijo la Squaw en inglés.
    
    La Viuda saltó hacia atrás como si la hubieran picado, de pie allí con los ojos muy abiertos.
    
    "Hablas nuestro idioma", le pregunté.
    
    "Mi madre me enseñó. Era blanca, como tú. Siempre hablábamos en inglés cuando estábamos solas." Miró a la Viuda. "Ella fue capturada y violada como lo hicieron contigo ayer. Tal vez ahora hay un bebé en ti. Un bebé mestizo. Como yo".
    
    Las lágrimas brotaron de los ojos de la Viuda y la apuntó con el Colt. La tomé por su muñeca, ...
    ... me sorprendió su fuerza pero la sujeté.
    
    "Suelta el arma", le dije.
    
    "La mataré", gritó. "Los mataré a todos".
    
    Sus gritos atrajeron al Capitán y a Moon, cada uno con sus armas en la mano. Para entonces, ya había derribado a la Viuda contra el suelo con los brazos sujetos sobre su cabeza. Sollozaba y luchaba, parloteaba sobre los indios, su violación, su marido y su muerte.
    
    "¿Necesitas ayuda, Ponter?" preguntó el Capitán.
    
    “Busque a la señora Leadbetter, capitán” —supliqué.
    
    Envió a Moon a buscarla. La Viuda dejó de forcejear. Le saqué su arma y la senté en mi regazo. Se acurrucó contra mí con los brazos flácidos. Estaba temblando y sollozando cuando envolví mis brazos alrededor de ella y la abracé con fuerza. A pesar de mi compasión por ella, una parte de mí disfrutaba sentirla en mis brazos. Cuando llegó la señora Leadbetter, se arrodilló y acercó a la Viuda a su amplio pecho.
    
    Los duros ojos del Capitán me taladraron antes de enfundar su Colt, girar sobre sus talones y alejarse. Me senté con las piernas cruzadas y esperé, sintiendo algo del horror de la terrible experiencia de la Viuda y el terror de la india mestiza atada a mi lado. Solo Dios conocía la verdadera profundidad de sus traumas.
    
    La frontera de Texas era dura, con una vida corta y nada agradable. Enterré a más parientes de los que me quedaban y a los que quedaban no los he visto en años. Había matado a más indios, blancos y mexicanos de los que podía contar. Viví mi vida en la silla de montar ...
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