1. Dos mujeres para el sargento Ponter


    Fecha: 08/07/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Theresa1986, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuchillo, hizo rodar a la Squaw y cortó las cuerdas que la sujetaban. Volvió a rodarla sobre su espalda y le entregó el cuchillo.
    
    Eso podría haber sido un problema y contuve la respiración, porque en un instante el Squaw podría destripar a la mujer. Pero vi lo que la Viuda ya sabía. La Squaw había aceptado su relación. Me entregó el cuchillo y volvió a mirar a la Viuda. Ella bajó la falda de la Squaw, cubriéndola de miradas indiscretas, la atrajo hacia su pecho y la abrazó. Ambas comenzaron a llorar.
    
    Salí del tipi y fui al fuego. Los niños y la mayoría de las mujeres dormían, amontonados como cachorros. Los hombres habían tendido sus sacos de dormir para proporcionar un perímetro de protección entre ellos y el desierto.
    
    "Ponter", llamó el capitán. "Duerme un poco. Tu escuadrón entra en servicio a las dos. Cabalgaremos a las seis".
    
    Puse mi petate entre el fuego y el abrevadero. Comí, bebí y me lavé la suciedad de la cara. Cuando regresé, la Viuda estaba sobre una manta junto al petate. Me acosté a su lado. Poco después, la Squaw vino con un montón de mantas. Se acostó a mi otro lado y nos cubrió.
    
    A la mañana siguiente, levantamos el campamento temprano y cabalgamos. A diferencia de los indios que hacían caminar a las mujeres, todos tenían un caballo y las pertenencias de los prisioneros se ensillaban en las monturas adicionales. El Primer Escuadrón, mi escuadrón, tomó la punta, y el Segundo Escuadrón la retaguardia con las mujeres, los niños y los caballos de ...
    ... carga entre nosotros, excepto que las dos mujeres que me habían reclamado cabalgaban detrás de mí.
    
    Antes de levantar el campamento, el Capitán y yo tuvimos una breve discusión sobre la Squaw. La quería atada de pies y manos y amarrada al caballo.
    
    "Seré responsable de ella, capitán." dijo la viuda con una seguridad que influyó en el Capitán.
    
    La Squaw cabalgó sin trabas gracias a ella. La reacción de los otros Rangers era como yo pensaba. El Capitán y Edward James del Segundo Escuadrón, ambos metodistas empedernidos, invocaban la condenación del infierno en dos mujeres unidas a un solo hombre. Los otros iban desde los que no les importaba un bledo hasta los que tenían un poco de celos. Las otras mujeres parecían aceptarnos más. Finalmente llegamos al casco incendiado del rancho Leadbetter.
    
    Los Rangers acampábamos junto a los restos de la casa del rancho, las mujeres fueron a llorar a las tumbas que cavamos para enterrar a sus maridos, hermanos e hijos. La Viuda lloraba y rezaba por su esposo muerto mientras la Squaw la abrazaba y la consolaba. Desempacamos los caballos y los dejamos sueltos para que bebieran del tanque de ganado de Leadbetter y pastaran en la hierba espesa. Encontramos parte de su ganado vagando cerca y carneamos un ternero.
    
    Encendimos un fuego, comimos comida caliente por primera vez en días y carne de res fresca por primera vez en meses, bebimos hasta saciarnos del agua dulce de manantial en el pozo. Las mujeres y los niños volvieron a dormir ...