1. Mi hermano, mi madre y yo


    Fecha: 22/10/2018, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... Le retiré el corsé, se volvió de espaldas a mi y me indicó que lo dejase remojar bajo la ducha. Era claramente una excusa pues le daba corte que lo viese desnudo. Aguardé un par de minutos pero estaba claro que había que lavarlo. Enjaboné su pelo, su espalda, su culo (muy bonito por cierto), piernas... Se negaba a girarse, por lo que le indiqué si se pensaba que era el primer pito que iba a ver en mi vida y le recordé que ya había tenido un par de novios aunque en aquel momento estaba de secano.
    
    Colorado como un tomate se dio la vuelta y casi se me caen la esponja y las bragas al suelo. Tenía ante mi la polla más hermosa y grande que había visto en mi vida, novios y fotos incluidas. Algo más de veinte centímetros se alzaban en todo su esplendor llenos de vigor. Además, el hecho de estar circuncidado, ofrecía un aspecto digno del mejor de los actores porno pues los testículos acompañaban al conjunto de su pene en total estado de erección. Me notó en seguida mi sorpresa y me dijo que mi madre se limitaba a echarle jabón por encima sin frotarlo pero el resto del cuerpo sí lo lavaba normal. Así lo hice y acabé rápido. En los siguientes días traté de quitar hierro al asunto y la verdad es que parecía que se encontraba cada vez con más confianza conmigo, charlaba y hasta se reía de su situación por lo que al tercer o cuarto día le dije si me permitía lavarle la polla frotándole la misma con el jabón y esponja. Aceptó. Al comenzar la tenía semierecta pero fue sentir el tacto ...
    ... de mis manos y obtuvo de nuevo su máximo esplendor. Oí agitarse su respiración y echar ligeramente la cabeza hacia atrás. Al ver la dureza de su miembro y el grosor de sus huevos, en broma le solté que lo suyo tenía que doler... Me soltó (sin cortarse) que naturalmente que le dolía, una barbaridad, incluso se despertaba como un garrote y que si no recordaba mal, iba para tres meses sin masturbarse ni relación alguna. Mi cabeza imaginaba locuras, pero era mi hermano y debía contener cualquier propuesta sexual.
    
    Un par de mañanas más, nos encontrábamos en la ducha (igual que siempre) y le solté: -Momento de lavarte el rabo... Me pidió un favor entonces: -Me podrías lavar esta vez sin esponja?, me rozas los huevos y el capullo con ella y me molesta, si me haces el favor claro!... -No seas cochino!, le solté, pero hice lo que me pidió. Confieso que estaba caliente como una perra sólo de pensar en manosear el trasto de mi hermano. Eché jabón en mis manos y suavemente agarré la polla en su tronco y por los testículos. El tacto era increíble. Manoseé bien para ver su expresión y tenía los ojos cerrados con respiración que se agitaba por momentos pues se le ponía durísima, cada vez más. -Entiendo que te duela hermanito... mientras mi mano rodeaba su capullo hinchado como una pelota roja y lo hacía girar. Agarré el grifo y limpié el jabón de su cuerpo y a su vez de su polla y huevos que se veían relucientes. -Marina, por favor, no puedo más... Miré hacia abajo y por la punta de su ...