Cita fallida termina en cogida brutal
Fecha: 13/07/2024,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Slutty04, Fuente: CuentoRelatos
... resto de golpe, con una fuerza que ella jamás había experimentado antes. El dolor fue terrible, pero el placer también.
Sentía que estaba sobrepasando un límite, entendía que más allá del dolor estaba el verdadero placer. Las embestidas del negro eran brutales, había que el sofá golpee contra la pared y el sonido de ambos cuerpos chocando entre sí retumbaba en todo el departamento, acompañados de los alaridos de placer de la perra en celo que estaba siendo saciada.
Ella no podía entender cuanto placer le generaba tener semejante longaniza adentro, cada entrada y salida era como un parto, pero ese dolor le generaba un placer que nunca había sentido.
"Pegame, escupime, ahorcame... HACEME MIERDA", gritaba como poseída. Él cumplía con mi gustos.
Nalgadas que le dejaron el culo rojo por días, estirones de cabello que la dejaban despeinada y ahorcadas potentes que la dejaban sin aire; eran parte del menú que le servía el mozo mientras le destrozaba la vagina.
En un momento la levantó y la apretó contra la pared, ahí la ahorcó con una mano muy fuerte hasta que cayó al piso ella, casi desmayada. La despertó de un bofetón que sonó con un golpe seco para levantar la de vuelta. Repitió esto unas 4 o 5 veces. Ella lo gozaba.
Estando tirada en el suelo, la agarró del cabello y la arrastró hasta el cuarto, una vez allí la levantó con una mano agarrándola aún del pelo y la tiró violentamente a la cama. Ella cayó boca abajo, apenas entendía que estaba pasando. Ya había ...
... pasado por tantos orgasmos que había perdido la cuenta, sintió como él se ponía encima de ella, le metía toda la verga sin piedad y la embestía mientras la ahorcaba con el brazo, haciendo fuerza para que ella sienta el enorme bíceps suyo en su garganta cortándole la respiración. El goce de ambos era total.
Luego de un rato, él se paró, la agarró de la cintura con amas manos y la ubicó de forma que pueda seguir penetrándola de pie, levantándola como si fuese ella una pluma, rodeándolo con sus piernas, aunque no hacía falta, porque la fuerza del hombre era tal que la usaba como si fuese un masturbador masculino.
Ella se sentía usada como un pedazo de carne, todo lo que realmente quería. Sentía esa descomunal verga entrar y salir de su cuerpo, llevándose todo el estrés y las frustraciones de días y días de soledad.
Hasta que él no aguantó más, la tiró al suelo y le eyaculó en toda la cara, mientras ella atinaba a abrir la boca para tragar la enorme descarga seminal de Carlos. Es que la tenía como un caballo y sacaba tanto semen como si fuese uno.
Tragó lo que se le fue a la boca, el resto del líquido espeso y pegajoso se le quedó en el rostro, haciendo que el cabello se le pegue a la cara. Él la dejó tirada al borde de su cama, agarró sus cosas y se fue.
Ella no daba más, se quedó dormida ahí en el piso. Se levantó a la mañana siguiente, con un dolor terrible en todo el cuerpo, moretones por todos lados pero una sensación de alivio y placer que no había sentido ...