1. Penelope, mi primera vez...


    Fecha: 24/07/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... una obsoleta procesadora a un costado, en minutos notaría que no sería demasiado trabajo, ella me dejó en lo mío y fue a ponerse de entrecasa, según dijo. Me quedé en soledad en el pequeño comedor y no pude evitar curiosear en el entorno en una rápida incursión visual, a un costado, había un álbum de fotos que llamó mi atención.
    
    Mi curiosidad pudo más, ella aun no volvía y tuve la necesidad de ver, para mi sorpresa, eran fotos muy bien producidas, en blanco y negro, en poses muy sensuales que invitaban a imaginar, no estaba sola, eran todas con su amiga Zulema, eran fotografías elegantes y se notaban en ellas la mano de un profesional.
    
    - Te gustan?
    
    Preguntó ella a mis espaldas, sorprendiéndome, haciendo que el álbum callera al piso por el sobresalto provocado.
    
    - Yo... yo...
    
    Balbucee como un tonto, ella volvió a reírse de mí y dijo:
    
    - No te preocupes, está bien, es de mi trabajo, las ropas, ventas, ya sabes, si quieres, te obsequio algunas que te gusten.
    
    Levanté el álbum del piso y volví a repasarlo, diablos, todas me gustaban, si es que era tan bonita, tomé cuatro para no ser abusivo, las aparté y luego acomodé el álbum nuevamente en su lugar.
    
    Ella estaba con un vestidito floreado bastante holgado y por cierto bastante feo para mi gusto, a media pierna, le marcaba el busto sugerentemente y noté que solo tenía los breteles del vestido por lo que adiviné que no tenía sostén y el nacimiento de sus pechos en el escote se marcaba peligrosamente, también ...
    ... vi que estaba descalza y las uñas de sus pies estaban pintadas del mismo tono de la de sus manos. No pude evitar una erección, es que el tono cobrizo de su piel, la dulzura de sus palabras, respiré tratando de liberar la presión y buscado ocultar a sus ojos mi problema, pero es que ella lo estaba provocando adrede, ella jugaba conmigo, entonces fue directo al punto y mirando directamente entre mis piernas tiró;
    
    - Te excito cierto? te gusta mirarme, lo sé, es evidente, yo también te observo desde mi dormitorio
    
    No tuve respuestas a su pregunta, estaba petrificado, ella se acomodó los cabellos y uno de los breteles de su vestido cayó de lado, por su brazo, muy conveniente, muy casual, pero ella lo había provocado intencionalmente, y si yo no pude disimular mi erección, lo cierto es que ella tampoco pudo evitar que sus pezones se marcaran como dos botones prominentes bajo la floreada tela del vestido, ella reposó entonces sus nalgas en la mesa central del lugar, el vestido naturalmente se subió un poco más y sus bonitos muslos atrajeron mi mirada, ella volvió a decir
    
    - De verdad eres virgen? veni...
    
    Me acerqué, ella abrió un poco sus piernas para permitirme llegar al borde de la mesa, me rodeó con sus brazos por mis hombros y me dio un eterno beso en la boca, muy rico, muy profundo, muy sensual, esos besos calientes que te llevan al infierno y en ese momento de mi juventud era todo muy loco.
    
    Seguimos besándonos profundamente y en ese momento yo ya se la hubiera ...
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