1. Infiel por mi culpa. Puta por obligación (7)


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: DestinyWarrior, Fuente: CuentoRelatos

    ... teléfono.
    
    —Gracias, eres un am… –no continúo la frase pues no deseo incomodarlo o que piense que a pesar de todo lo ocurrido, estoy aquí y le hablo como si a mí me hubiese dado igual. – ¡Soy muy lerda para estas cosas! —Termino por decirle y busco la carpeta de música y en ella, los últimos hits que Naty me grabó.
    
    — ¡Okey, miremos a ver qué gusto musical tiene esta chiquilla! —Y me giro pero ya no está a mi lado.
    
    Lo busco con la mirada en la sala pero lo ubico por la ventana de la sala, afuera y de pie sirviendo los tragos, con un cigarrillo sin encender todavía sujeto entre sus labios. Y me deleito al verle así, con esa pinta que escogió tan deportiva pero elegante y su actitud tan madura al recibirme. ¡Mi hombre! ¿Cómo pude hacerte tanto daño, mi amor? ¡Qué estúpida fui!
    
    Cuando salgo al porche me llevo la primera sorpresa. Mi plan empieza a torcerse, pues camilo ha decidido acomodarse en la silla mecedora y entre sus piernas veo el libro de caratula blanca, sin abrir eso sí. Doy al play, subo al volumen y justo me llega la segunda, pues la primera canción que se escucha es «What About Us» de Pink. Camilo me mira de inmediato, extrañado levantando la ceja izquierda, pero no se incomoda. Buenooo… ¡Nada mal para empezar!
    
    —Melissa… ¿Un guaro? ¿O prefieres otra cosa? Ni cerveza o Ron, porque apenas se están enfriando. —Una pregunta tonta, pues por su mirada, ya me doy por enterado de cuál será la respuesta.
    
    —Un chorrito de aguardiente mientras tanto. ¡Pero ...
    ... uno doble con cara de triple! —Le respondo sonriendo y de paso de la mesa, tomo uno de mis cigarrillos y lo enciendo.
    
    Camilo me sirve el trago hasta el borde y me lo ofrece. Se lo agradezco con un ¡Gracias! que se me escucha medio enredado, al mantener presionado del filtro entre mis dientes, el cigarro al mismo tiempo. Creo que me lo voy a tomar despacio, –pienso– mientras voy estirando la tela longitudinalmente teñida a rayas rojas, azules y amarillas de la hamaca que me va a servir de trono para balancear mis ideas, pensando por dónde empezar. ¡No quiero herirle más!
    
    ***
    
    Mariana extiende un poco la hamaca y se acomoda. Recoge por los costados la tela de su vestido, arremangándola con estilo entre la mitad de sus piernas. Y apenas rozando con las puntas de sus pies el piso de madera, se balancea con suavidad y bebe un poco de su aguardiente.
    
    Ahora tengo tiempo de sobra para fijarme en su nuevo corte de cabello. Ya no lo peina por la mitad como antes. Una onda alta como una ola del mar, nace de su diestra creciendo a la izquierda, y se cruza alta dejando despejada su frente. Luego hacia el otro lado cae como una cascada, –en principio sinuosa– desbordándose al final en una caída lisa y recta, rozando la frontera de su albo hombro.
    
    Tras expulsar algo refinada, una estrecha bocanada de tabaco, Mariana cae en cuenta de que la observo y nerviosa se pasa la mano, perdiéndose sus dedos precisamente por aquel lateral de su cabeza, despejándose la oreja con su candonga ...
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