1. Juan y su juventud


    Fecha: 26/07/2024, Categorías: Gays Autor: RedMau, Fuente: CuentoRelatos

    Aunque ya soy un cuarentón, me suelen gustar hombres maduros, mayores que yo, musculosos (cuando es posible) y no me siento particularmente interesado en jovencitos, excepto cuando necesito solamente un poco de sexo exprés. Asimismo en el gym suelo entrenar solo. Sin embargo, el año antepasado, luego de la reapertura de los gimnasios, Juan, un joven de 21 años se me pegó en el gym, consideraba que yo lo ayudaría a ganar un poco de volumen y unilateralmente decidió que yo era su amigo, confidente, consejero y que me conocía de toda la vida. Juan es un joven de cuerpo delgado y lampiño, sonrisa fácil, grandes ojos café, fanático del Barça que en medio de carcajadas no entendía mi falta de interés por el fútbol,
    
    "Vas a ver el partido hoy"?
    
    "¿Ah?"
    
    "El partido"
    
    "Cuál partido?"
    
    "Ay abuelo, hoy juega el Barça"
    
    "..."
    
    "Es cierto que ya estás viejo pero deberías emocionarte que juega el Barcita hoy"
    
    Yo seguía sin comprender, la verdad el fútbol me vale un rábano, nunca he entendido todo ese escándalo de jugadores sobrevalorados con sueldos onerosos... pero me interesan más verlos jugar de un lado a otro de la cancha, con sus pantalones cortos y sus gruesas piernas.
    
    "¿No te gusta el fútbol?"
    
    "Soy gay" le dije, viéndolo fijamente, quizás esperando que con eso se fuera espantado y me dejara en paz.
    
    "¿De veras? El hermano de mi novia es gay, te lo presento si querés" me dijo.
    
    "No, gracias" dije impacientemente.
    
    "tiene 23" insistió
    
    "No me gustan ...
    ... jovencitos" le dije, nos reímos y seguimos en el entreno.
    
    En eso llegó al gym Augusto, otro cuarentón marcadamente famoso por ser gay, el típico gay que entrena piernas 3 veces por semana. Juan me lo enseñaba con la miraba, a modo de broma.
    
    "Vaya, ahí está Augusto"
    
    "Si, ya lo vi"
    
    "Es más viejo que vos"
    
    "Si"
    
    "Mirá, anda su licra pegada"
    
    "Ajá" dije tratando de parecer desinteresado.
    
    "Tiene más bulto que vos"
    
    Volví a verlo y en efecto se me miraba gran paquete, pero no, Augusto era muy amanerado para mis gustos.
    
    "Como si piedras se hubiera metido en la licra"
    
    No pude reprimir una carcajada por la aguda observación de ese enjuto púber.
    
    Al final del entreno y cuando nos disponíamos a cambiarnos, Juan se me acerca estando ambos solos y me abraza. Con su cara pegada en mi pecho, cual niño de 8 años me dice:
    
    "No te enojés, sólo quiero hacerte reir".
    
    Le acaricié la cabeza, pues me dio algo de ternura su actitud infantil y espontánea.
    
    Unos días después iniciamos con el entrenamiento de espalda. Juan había llevado una camiseta sin mangas, nueva y marca Adidas, la verdad se veía muy bien, ya comenzaba a marcársele los músculos por encima de la ropa y se miraba apetecible. Por primera vez lo vi como un hombre y no como un niño hablantín de 21 años.
    
    En cierto momento estábamos haciendo dominadas, él se había colgado y le vi sus axilas peludas totalmente extendidas. Sus brazos comenzaban a engrosarse. Cuando levantaba su cuerpo y su pecho tocaba ...
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