El gusto por el sexo con mi primo Nacho
Fecha: 31/07/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Caprice, Fuente: CuentoRelatos
Julio de 2022.
Cuando mi primo Nacho entró de nuevo en nuestras vidas hace una semana, fue todo un acontecimiento. Mi madre y la suya son hermanas, y llevan muchos años sin hablarse, pero Nacho opinaba que la relación como primos, por un lado, y sobrinos, por otro, no debía verse afectada. Mi madre entendió este razonamiento y ese día comió con nosotros en casa.
La última vez que vi a mi primo, cuando vivían aquí, en Denia, una pequeña ciudad de la provincia de Alicante, yo tenía nueve años, seis menos que él. Por esto, después de doce años, me resultaba un perfecto desconocido, y quise saberlo todo con un completo interrogatorio. Así he descubierto que compró un barco velero hace tres años y piensa pasar el verano aquí. También que se hizo biólogo marino y practica el submarinismo.
Lo más interesante, aunque en ese momento carecía de importancia, es que ha roto con su novia. Al parecer, ella propuso tomarse un tiempo muerto hasta que Nacho dejara de comportarse, según sus palabras, «como un crío pequeño sin objetivos ni compromiso». Yo no entendía cómo aquella petarda despreciaba una perita en dulce como mi primo.
Después de comer, antes de marcharse, yo le mostré el amor de mi vida, mi coqueto Seat 600 rojo, regalo de mi abuelo cuando su artritis empeoró. Él lo había comprado en los años setenta, porque lo tenían muerto de risa en el concesionario, y nadie lo quería comprar con ese color. A mí me encanta que sea así, porque llamo la atención por la calle más ...
... que si caminara en pelotas, y todo el mundo dice al verme pasar, «por allí van Sandra y su reliquia».
Aquel día, mi madre y yo fuimos a que nos enseñara su barco. Mi primo se mostraba presumido dando todo tipo de datos técnicos; pero yo solo me quedé con que tiene diez metros de eslora y tres y medio de manga, sorprendida de que Nacho pueda solo con algo tan grande y pesado. Por su parte, mi madre se quedó con que estaba sucio y desordenado. Entonces dejó caer que una mujer, ansiosa por ponerse al día con su primo, le daría un lavado de cara. La indirecta me llegó alto y claro, y acepté después de negociar con Nacho una única condición: que me llevase a navegar cada día que le ayudara.
Las tareas de limpieza las hicimos en puerto, aprovechando la disponibilidad de agua dulce, que falta hacía. El tercer día, encerrada en la cabina el calor era insoportable, y me quité la ropa quedando en bikini. En un momento dado, mientras yo limpiaba el cristal de un armario bajo, a cuatro patas, vi a mi primo reflejado en él. Yo no sabía cuánto tiempo llevaba observándome desde la puerta de entrada, el caso es que algún cable se me cruzó en el cerebro, y continué como si nada, exagerando los movimientos, especialmente el contorneo del culo.
Durante un rato, después de marcharse, permanecí sentada en el suelo, pensando en lo que había ocurrido. Lo primero que me vino a la cabeza es que le pareciera chistosa mi postura; sin embargo, también cabía la posibilidad de que me mirase el culo ...