El gusto por el sexo con mi primo Nacho
Fecha: 31/07/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: Caprice, Fuente: CuentoRelatos
... en plan salido. Quise averiguarlo cuando salimos a navegar y estuvimos lejos de miradas indiscretas.
La vela estaba desplegada y Nacho manejaba el timón, sin nada que yo pudiera hacer por ayudar. Entonces fui a proa y me quité la parte superior del bikini con intención de tomar el sol en topless. Mi primo no dijo nada porque, verme, me vio, y observé su comportamiento con la cámara del teléfono en modo selfi, fingiendo que tecleaba enviando mensajes. Pasados unos minutos, vi cómo se acomodaba el paquete por fuera de la bermuda que vestía. Poco más tarde, me di la vuelta, y quedé con el culo mirando hacia él y las piernas semiabiertas, para añadir picante. Nacho no tardó en repetir el gesto introduciendo la mano.
Esa noche recordé las escenas en la soledad de mi dormitorio. Por un momento, valoré que sería pecado tener pensamientos eróticos con mi primo; pero no soy creyente, y me masturbé viéndole solo como hombre.
La tarde siguiente repetí en topless, y sus reacciones fueron parecidas; con una salvedad, se entretuvo más de lo normal cuando metió la mano dentro del pantalón. Este detalle avivó mi imaginación, y quise disipar mis dudas esa misma noche. Lo hice después de que me recogiera al salir del trabajo, mientras dábamos un paseo por la playa. La madrugada era agradable, pero fingí tener frío y me abracé a Nacho mientras caminábamos. Él hizo lo mismo pasando el brazo por mis hombros. En un momento dado, cuando propuso marcharnos, escapé de su abrazo y ...
... poniéndome de puntillas le besé los labios. Lejos de apartarme, como cabría esperar, admitió mi beso y este se convirtió en un morreo colgada de su cuello, al tiempo que me estrechaba entre sus brazos, sin que ninguno de los dos pronunciara palabra alguna, y terminamos comiéndonos la boca tumbados en la arena. Luego, simplemente nos fuimos sin mencionar el incidente.
Ayer se precipitaron los acontecimientos.
Después de levantarme a las dos de la tarde, porque daban las seis de la madrugada cuando llegué a casa, voy a la cocina y encuentro a Nacho charlando con mis padres. Comemos rápido para salir pronto con el barco y aprovechar la tarde. En el puerto le pido que me lleve a Ibiza, justificando que el mar está en relativa calma; pero Nacho entiende que es una broma, y recogemos velas a una buena distancia de la costa, donde no se divisan embarcaciones hasta el horizonte.
Este es el lugar perfecto para forzar la situación y arriesgarlo todo.
―Me gusta practicar nudismo porque no soy tímida ―dejo caer―, pero, en las playas de la zona, no se permite, por esto lo hago siempre que se puede.
―Pienso lo mismo que tú, y resultan un fastidio tantas restricciones ―opina él.
Sin saber si dice la verdad o solo me lleva la corriente, me desnudo con total naturalidad, camino exagerando el contorneo hacia la proa, ―igual que una modelo de pasarela―, y me tumbo estirada boca arriba.
En esta postura, repito el truco de observar a mi primo con el teléfono. No tardo en ver cómo se ...