Genio
Fecha: 23/10/2018,
Categorías:
Anal
Autor: XAVIA, Fuente: CuentoRelatos
... altos para que no hubiera duda de lo que estaba pasando, pero no lo bastante para que pudieran llegar a oídos externos a la empresa. Lamentablemente para mi socia, yo ya me había ido.
Cris aún tuvo fuerzas para lanzar un par de patadas y tratar de arañarlo, pero fue el canto del cisne. La tercera bofetada no llegó a impactar en ella pues pudo esquivarla doblándose hacia abajo, pero la había agarrado del cabello, gesto que combinado con el movimiento brusco de la mujer la dejó tumbada e indefensa sobre la mesa, boca abajo.
A partir de este punto, Benjamín lo tuvo fácil. Su propio peso la inmovilizó, aunque aún le propinó algún guantazo en nalgas y brazos. Cris seguía moviéndose, luchando, pero había pedido vigor y era obvio que su suerte estaba echada.
No le quitó el vestido. Se lo arrancó, dejándolo hecho trizas. Cuando las nalgas de la pobre desgraciada aparecieron, el cerdo se acomodó ente ellas, sacándose el pene sin importarle en lo más mínimo los ruegos de la chica que ahora sí gemía derrotada esperando lo inevitable.
El último grito que mi socia profirió en la película acompañó el golpe seco que anunciaba la profanación de su vagina. Sin dejar de gemir, de quejarse, de lamentarse, llorando aunque las lágrimas no eran visibles desde la distancia de la cámara, soportó los 2 minutos y medio de violación.
Benjamín percutió orgulloso, disfrutando del premio conquistado, tomándola del cabello exultante mientras también la martilleaba oralmente. ¿Esto es lo ...
... que ibas buscando verdad zorra? Toma puta, ya estás contenta, y otras lindezas por el estilo.
Cuando acabó dejó caer su peso sobre Cris como si esta fuera también su diván, lo que reactivó la energía de la chica que braceó, pataleó y gritó, suéltame cabrón, cerdo asqueroso, provocando que Benjamín despertara automáticamente de su letargo para descabalgarla. Al sentirse liberada, mi socia salió corriendo del plató para perderse lateralmente por la puerta que daba acceso al pasillo.
La cara de Benjamín, sentado ante nosotros en mi despacho, era de desconcierto. Ni entendía que el último encuentro con su jefa hubiera sido grabado ni veía donde estaba el problema por un acto de sexo duro. Tuve que acercarle el informe médico de urgencias donde se detallaban las contusiones en brazos, nalgas, cuello y cara, así como el labio partido, del que asomaba una pequeña costra, es una calentura se había justificado Cris ante el staff aquella mañana, además de las heridas por una fricción forzada en el conducto vaginal.
El diagnóstico médico había sido meridiano, una violación, sin duda, lo que había puesto en marcha de inmediato el protocolo de atención a víctimas de violencia sexual. La agredida había tenido que relatar el traumático episodio a una agente de policía que lo había redactado para cursar la consiguiente denuncia, documento que también tendí al alucinado joven, pues su nombre y apellidos aparecían en el documento.
-Sólo me falta firmarlo y unos mozos muy agradables ...