LA AMIGA DE MI MUJER
Fecha: 13/08/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: andy, Fuente: RelatosEróticos
... aperitivos consumidos, pero se le veía muy animada al contrario de mi compañera, que se lamentaba por haber perdido el capítulo de su telenovela. Yo esperaba solamente que alguna de ellas diera por terminada la reunión y así fue, que mi “mujercita” diciendo que se moría de sueño, se disculpó por no acompañarla, pero le aseguró que la dejaba en “buenas manos”, refiriéndose a mí.
Así que nos levantamos, se despidieron y salimos en dirección al carro.
Le abrí la puerta de mi Ford Mustang hard Top clásico, que era de color rojo, techo negro e interiores de color blanco.
Empecé guiando despacio pensando cómo abordar el tema que tanto nos entretenía y calentaba, así como franquearle mis sentimientos y deseos a Rosita.
Ella encontró la solución al rato diciéndome: -
Lastima que hoy día no jugamos cartas ¿verdad?
Le respondí resueltamente: - Si pues, me quedé con las ganas de sentir tus juguetones pies.
Me retrucó:
- No creas que solamente mis pies son juguetones.
No me digas, le dije. - No lo puedo saber porque esta es la primera vez que estamos solos. Efectivamente, me respondió.
- Ya habrá oportunidad para demostrarte algo de lo mío
Ojalá que sea pronto porque me estoy muriendo de ganas, le respondí. Ella riéndose dijo: - Me lo imagino, me lo imagino…
Yo ya estaba, a pesar del corto dialogo, con la verga palpitando.
Con la voz algo entrecortada por las ganas, le dije: - Realmente te deseo mucho y eso es desde cuando te vi por vez ...
... primera.
Rosita haciendo un mohín y diciéndome mentiroso, estiró sus dos piernas como quitándose la pereza a la vez que estiraba sus dos brazos hacia atrás. Al hacer eso, levantó sus caderas meciéndolas voluptuosamente mientras dejaba salir de su garganta:
Hay... qué rico es estirarse así.
Mi coche era automático, ya era pasada la medianoche y el tránsito era escaso, lo que me permitió observarla desde la cara hasta los pies. Le dije: - Suerte que tienes tu para desperezarte así, ya que no estás manejando. Con voz sedosa me contestó:
Pero eso no quita que me mires.
Eres muy bandido
. Y diciéndome eso, se inclinó hacia mí agarrándome el muslo derecho con su mano izquierda, empezando a recorrerlo suavemente, hasta tocar y acariciar el emergente bulto que mantenía en mi pantalón desde hacía rato. Apenas vi su candorosa actitud, bajé la velocidad a la vez que retrocedí un poco mi asiento.
Ella inclinándose hacia mí, se acomodó entre el timón y mi bajo vientre mientras bajaba la cremallera de mi pantalón. Me sacó la verga erguida, liberándola de toda traba e inmediatamente, empezó a bajarme la piel que cubría mi glande, luego de jugar un poco con él, se agachó más y empezó a besarlo hasta que se introdujo toda la verga en su boca, degustándola y moviéndola delicadamente dentro de ella; con sus dientes me rodeaba la base del glande, girándolos y haciéndome dar contenidos “ayees” de placer y gozo. Me sacó, con no poco esfuerzo, los testículos los cuales se beneficiaron ...