1. Tomás y Carolina


    Fecha: 16/08/2024, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... esplendido culo sin que sus labios dejaran de besar la boquita de Carolina.
    
    Sintió contra sus muslos el contacto del pubis de la chica. También la presencia del vientre: plano, firme y amplio, que empezó a moverse muy lentamente, restregándose contra la dureza del miembro tieso.
    
    Sobre el pecho sentía los dos senos. El ligero movimiento los frotaba, los hacía palpitar bajo el calor de su piel. La manos de Tomás empezaron a explorar aquella maravilla de hembra. Era escultural.
    
    Acarició los muslos. Después mientras una mano valoraba la magnificencia del culito y de las caderas, la otra ascendió y acarició las tetas. Carolina lanzó un sordo gemido. Un jadeo. Frases entrecortadas de deseo.
    
    -Eres bueno.
    
    Susurró.
    
    -Y tú estas de verdad buena, chica...
    
    -¡Ayy! cariño tesoro.
    
    -¿Que ocurre?
    
    La respuesta fue un nuevo jadeo, otros gemidos. Tomás le quitó la blusa y se apoderó del sujetador. Los senos quedaron al descubierto. Eran dos bellísimas redondeces erguidas coronadas por pezones suaves, oscuros y erectos que invitaban a hundir la cabeza en su tibio aroma. Las besó las succionó y les dio pequeños mordiscos.
    
    -Cariño tesoro-. ¡ahh! me matas, me muero, vida mia....
    
    Repetía la rubia. Tomás le quitó los pantalones. Al liberarla de la tanguita , ésta se enganchó en las dos estupendas nalgas. Eran dos prodigios de armonía, separadas altas y salientes. Tomás las aferró con las manos en un gesto posesivo.
    
    Carolina también ponía su parte en aquel ...
    ... conocimiento más íntimo que intercambiaban. Acarició con sus manos suaves la espalda del hombre y el pecho. Jugó con los vellos que cubrían el pubis y cerró finalmente una mano sobre el miembro erecto y dilatado.
    
    - Ohh, amor... vida... Que duro está...
    
    La boca de Tomás descendió a lo largo del cuerpo desnudo de la chica cubriéndola de besos y de mordiscos. Se detuvo en el vientre. Después él la empujó hasta tumbarla sobre la cama y continuó con el descenso.
    
    Aquel perfume de mujer. Aquel aroma lúbrico y tentador de hembra joven estremecida por el deseo. Hundió el rostro entre los bellos muslos y lamió la mojada hendidura.
    
    Un gemido prolongado y exasperante escapó de los labios de la chica. Tomás lamió el clítoris y luego lo oprimió entre sus labios. Arrancando nuevos gemidos y frases de cariño de la sensual boquita de la mujer. Llevábamos los torneados muslos alcanzó incluso el cerrado año de la chica al que dedicó sus atenciones.
    
    -¡Cariño! Y yo pensando que eras gay. Pero ¡Uf! ¡Joder!
    
    Con la excitación el lenguaje Carolina iba perdiendo coherencia y hasta sus buenas maneras de colegio pijo. No tardó en correrse en la experimentada boca de Tomás, dejando en su lengua todo el jugo de mujer satisfecha.
    
    - Tomás, soy virgen. Nunca he estado con un hombre. Solo con chicas. Pero, Tomás, quiero que tú seas el primero. Nadie me ha tratado con tanta delicadeza.
    
    La erección del hombre era casi dolorosa. Tal era su deseo por la belleza que tenía ante sí. Se incorporó lo ...