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Como cada jueves
Fecha: 16/08/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Hansberville, Fuente: CuentoRelatos
... totalidad de su recto. Para entonces yo había liberado mi polla y lucía ante Eva una espectacular erección. Ella estrellaba su culo contra el cristal del ventanal provocándose una enculada casi dolorosa. Comenzaba a acariciarse el clítoris cuando me levanté, ya totalmente desnudo, y me acerqué a ella. Con una mano agarré una de sus tetas y con la otra tiré de su melena negra antes de comerle la boca. Eva intentaba agarrarme y arañarme: -Te he echado mucho de menos esta semana. La mujer de mi vecino se mostraba desatada cada vez que nos encontrábamos una vez a la semana. Llevábamos seis meses liados aprovechando las maratonianas jornadas laborales de Juan Carlos. Eva se había mostrado como una auténtica fiera sexual. Deseosa de experimentar todo tipo de juegos y posturas. Pese a nuestra diferencia de edad, 16 años, ella decía tener unas necesidades sexuales más cercanas a la de una mujer joven que a las de una de su edad y que su marido no se las cubría. Ahora, ante ella, me pedía que la follara. No me hice esperar. Me acomodé entre sus piernas y agarrándola por ellas la penetré de un golpe de cadera. La mujer gritó al sentirse ocupada por sus dos agujeros. Comencé un movimiento de cadera con el que conseguía follarla doblemente. Con cada empujón de mi polla su cuerpo se estrellaba contra el cristal de la ventana haciendo que los 20 cm de consolador se incrustaran hasta el fondo de su ano. Pese a haber parido dos veces, su coño permanecía muy estrecho y mi polla ...
... quedaba apretada provocándome un placer indescriptible. Entre suspiros, gemidos y gritos, continuamos follando contra el ventanal del gran salón del ático del político Juan Carlos, mi vecino. Fui acelerando el movimiento de cadera hasta sentir como mi semen comenzaba a subir: -Me voy a correr Eva... Le anuncié a mi vecina. -Joder, joder, joder... Fue su respuesta confirmándome que estaba a punto de llegar a su orgasmo. Coloqué las palmas de mis manos contra el cristal y dí un último empujón contra Eva. Mi polla comenzó a escupir las reservas de semen de toda la semana en el interior del coño de aquella madura caliente. Ella cruzó sus piernas alrededor de mi cuerpo sin dejar que el consolador se saliera de su culo. Gritó antes de morder mi hombro evitando un alarido de placer. Permanecimos unidos unos segundos antes de separar nuestros cuerpos sudados. Yo quedé de pie y apoyado contra el ventanal. Eva se bajó del consolador y, arrodillándose ante mí, comenzó a comerme la polla. Por un momento creí desvanecerme abatido por el placer. Desde arriba podía ver cómo aquella impresionante madura era insaciable. Movía la cabeza a lo largo de mi polla limpiándomela como una auténtica profesional. Por fin terminó, mi polla había perdido dureza, necesitaba un descanso. Me flaqueaban las fuerzas y mis piernas perdían tensión. Para entonces Eva se había levantado y me había besado en los labios dejándome restos de mi propio semen. Con movimientos elegantes paseó su ...