Mis odiosas hijastras (6)
Fecha: 21/08/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: dickson33, Fuente: RelatosEróticos
... madre. ¿Sería que esa reacción de Sami tendría algo que ver con aquello?
—¿Me prometés algo?
—Claro —dije—. Siempre que sea algo que esté en mis manos…
—No hagas ninguna estupidez —dijo.
Ahora el sorprendido era yo.
—Nos vamos a dormir —dijo Agos, apareciendo en el umbral de la cocina.
Miró a Sami, que estaba todavía en mis brazos, y me miró a mí alternativamente. Pero no preguntó qué sucedía.
—Pero si es tan temprano —comentó Sami, saliéndose lentamente de nuestro abrazo.
—Sí, pero con esta lluviecita nos agarró unas terrible ganas de apolillar—Comentó Valentina, apareciendo detrás de Agos.
—Bueno, no es mala idea ir a dormir temprano. La verdad que la noche se presta para eso —dije—. Además, seguro que mañana va a volver todo a la normalidad. Con esta oscuridad es todo muy incómodo, y las velas no van a tardar en extinguirse.
—¿Vamos? —le preguntó Agos a Sami, aunque a decir verdad no parecía una pregunta, sino más bien una orden.
La menor de las hermanas siguió a las otras.
—Que tengas una linda noche —me dijo, antes de dejarme solo en la cocina.
Estaba claro que la intención de Agostina era que cada una estuviera en sus respectivas habitaciones lo antes posible. La pendeja al fin me estaba dando pie para que fuera a verla. Y yo que estaba temiendo que fuera a arrepentirse. Pero no sería prudente hacerlo enseguida.
Me quedé en la cocina un rato. Me hice un té, y me lo tomé despacito, saboreando cada trago mientras trataba de ...
... mantener la cabeza lúcida. Y es que en una situación como esa era lógico volverse un poco loco. De hecho, ahora me doy cuenta de que mi arrogancia estaba llegando a límites que nunca sospeché alcanzar. Luego me aseguré de que estuvieran todas las persianas bajas. Por lo visto las chicas lo habían hecho antes de subir. Rita, totalmente satisfecha de todo lo que había comido, ya descansaba sobre una almohada que estaba cerca de la entrada. Finalmente comprobé que la puerta trasera estuviera bien cerrada.
Extrañamente, justo en el momento en el que parecía ser inminente que mis fantasías se cumplieran, mi verga se tornó fláccida. No obstante, cuando fui a mi habitación y me deshice de mi ropa para darme una rápida ducha, me percaté de que el glande estaba bañado en líquido preseminal. Era muy abundante, casi como si hubiera acabado, y había dejado una enorme mancha pegajosa en mi ropa interior.
Me hice una paja bajo el chorro de agua fría. No quería acabar rápido cuando llegara el momento de la verdad, y por experiencia sabía que la masturbación antes de coger contribuía con ese objetivo. Aunque de todas formas no esperaba acabar solo una vez. No tenía veinte años, pero tampoco tenía setenta. Una vez que le echara un polvo, empezaría a devorarla con la boca, le chuparía todas sus partes secretas, y después me la cogería de nuevo.
Lamenté no poder recortarme un poco los vellos pubianos. La princesa de la casa era tan delicada, que quizás se molestaría al encontrarse con ese ...