1. Mi esposa fue la niña más odiada por mí


    Fecha: 22/08/2024, Categorías: Primera Vez Autor: belicoso, Fuente: CuentoRelatos

    ... nuevamente.
    
    -Espera le dije, tengo una manta térmica al menos te abrigara algo
    
    Ella a regañadientes lo acepto se envolvió en ella y apuro sus pasos quien sabe a dónde, yo comencé a recoger algo de leña sabía que la necesitaríamos y sabía que estábamos haciendo las cosas muy mal, después de dos o tres horas de caminar le dije
    
    -mira ya intentamos con tu método, la niebla está cada vez más espesa debemos buscar un refugio y esperar allí, creo que pronto lloverá y eso es muy malo.
    
    -Está bien dijo preocupada, hagamos eso, y ¿para que llevas esa leña?
    
    -Para hacerte un palacio idiota le dije irónicamente, para hacer fuego y te recomiendo que tú también la levantes y recojas.
    
    Buscamos refugio, ya la temperatura era muy baja y solo encontramos dos grandes rocas con una pequeña cueva que apenas cabíamos los dos pero que nos protegían un poco de la brisa que llegaba cargada de humedad
    
    -Mira es ideal le dije podemos hacer un buen refugio antes que oscurezca, seguramente ya nos están buscando, y me puse en la tarea de cortar arbustos de hojas grandes para improvisar un débil techo y aislarnos del suelo helado y recoger más leña, que era abundante, cuando creí que tenía suficiente hice fuego y acomode como pude los arbustos, haciendo un mullido lecho de ramas y hojas secas, luego me puse en la tarea de revisar mi mochila, gracias a mi madre que siempre es una gran pero gran exagerada encontré 6 mantas térmicas una de ellas era una bolsa de dormir de emergencia de dos ...
    ... plazas donde cabíamos los dos, yo creía que tenía solo una manta, pero al ver las bolsitas agradecí lo exagerada que era mi madre, Alejandra no permitió que le viera su mochila diciéndome que tenía cosas de mujeres y que no debía tocarla.
    
    Yo la mire y me encogí de hombros, ya no me preocupaba el frio, sino la lluvia, con una manta improvise un pequeño toldo a la salida de la pequeña cueva a la que asegure con piedras y le puse encima hojas y ramas y quedo bastante confortable, claro apenas cabíamos los dos muy pegados, pero la hoguera, más las otras 5 mantas nos harían pasar al menos una noche sin frio, comencé a recordar las enseñanzas de supervivencia de mi padre e hice un rápido conteo de las cosas que teníamos para sobrevivir, poseíamos dos cantimploras con dos litros y medio de agua cada una, eso me tranquilizaba bastante, mi madre había puesto en mi mochila, 4 raciones de comida de supervivencia militar que nos alcanzaría para tres o cuatro días. Una linterna y un pequeño silbato, la red caza mariposas y su extensión de aluminio y una pequeña taza de aluminio una olla, varias barras de chocolate de las cuales soy fanático, 8 sobres de té y 8 sobres de café, 8 sobres de leche en polvo y varios sobrecitos de azúcar y caramelos, solo debíamos pasar la noche, busque toda la leña que pude, y me di cuenta que Alejandra estaba con principio de hipotermia porque sus labios comenzaron a ponerse azules, avive el fuego la cubrí con tres mantas y prepare café en esa taza, como ...
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