Siempre hay secretos que contar (tercera parte)
Fecha: 25/08/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Edu y Pam, Fuente: CuentoRelatos
Nuestro encuentro con Laura había empezado ese sábado, pasadas las 17 h y, después de las acciones descritas en los dos relatos anteriores, la noche apenas comenzaba.
Laura, tu y yo descansábamos en la recámara, después de que yo saliera de la regadera y luego ustedes dos se dieran un baño reparador, que no estuvo exento de besos, caricias y uno que otro orgasmo.
Las toallas que usamos para secarnos, quedaron en uno de los taburetes de nuestra recamara y los tres conversabamos amenamente, desnudos, tendidos en la cama. Yo apoyaba mi cuerpo en la cabecera, Laura en el otro lado y tu estabas atravesada entre los dos. Por la forma que te acomodaste, tu cabeza descansaba en una de las piernas de Laura y tus manos jugueteaban con su cadera, paseando por su entrepierna y perdiéndose eventualmente en su sexo. Ella abrió su compás para asegurar a tus caricias mejor acceso a su cuerpo.
Allí supe que Laura (de edad similar a la tuya) era una alta directora de una importante empresa financiera y conocí a mayor detalle la forma que se conocieron. En alguna ocasión se llegaron a encontrar en los pasillos del edificio donde estaban las oficinas de cada una de ustedes. Miradas que se cruzaron, unas sonrisas de complicidad y saludos breves al inicio, dieron paso para que en otra ocasión, se invitaran un café en uno de los locales de la cercanía al edificio, con las consecuentes visitas a su departamento y sesiones de intenso sexo entre ustedes dos y luego con el amigo de ella, ...
... Toño.
La conversación era animada, divertida y anecdótica. Me contaron que, un día en el baño del piso donde trabajaban, posterior a que ya habían tenido alguna sesión de sexo en su departamento, coincidieron en el sanitario del edificio. Vieron que salía la última mujer que estaba en el baño, mientras Laura hacía tiempo retocando su maquillaje y tu arreglando algo de tu bolsa, y que al percatarse que ya no había nadie más, ella se acercó a tí de frente y, rodeando tu cuello con sus manos, te acercó los labíos para robarte un intenso y pasional beso, pegando su cuerpo al tuyo, diciendo que debía regresar pronto a la oficina, pero que no podía dejar pasar la oportunidad que ofrecía el momento. El abrazo que se dieron empezaba a ser acompañado por caricias a sus cuerpos, pequeños apretones de nalgas y restregarse los senos de una con la otra, cuando escucharon el inconfundible sonido de pasos en zapatos de tacón acercándose por el pasillo hacia el baño, por lo que tuvieron que suspender esas expresiones de pasión, y regresar cada una a sus actividades. Esa tarde, al salir, fue que se dió otro de sus apasionados encuentros entre ustedes dos en el departamento de Laura, donde pudieron descargar las pasiones y emociones que se quedaron truncas en el evento del baño.
Me contaron también que, en otra ocasión, ustedes dos fueron por un café después de salir del trabajo en la zona de Polanco para evitar el tráfico. Poco tiempo despues de estar allí, encontraron que eran objeto de la ...