Siempre hay secretos que contar (tercera parte)
Fecha: 25/08/2024,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Edu y Pam, Fuente: CuentoRelatos
... atención de un hombre de mediana edad, buena apariencia, cuerpo mediano, alto, con pinta de ejecutivo de empresa, que se encontraba solo en otra de las meses próximas a la de ustedes. El lugar no era muy grande y ya no había mucha clientela. Tenía mesas de pequeño tamaño y no se cubrían con manteles de tela. Típicas mesas de cafetería.
Ambas vestían en esa ocasión el tradicional traje sastre con falda en diferentes tonos, rematado con blusa clara debajo del saco. Y que, ya en el juego del coqueteo, ella te dijo que iba a ver hasta dónde lo podría calentar. Para ello, pasaría al baño y regresaría contigo en unos minutos, dejándote en la mesa, donde el sujeto en cuestión no te quitaba la vista de encima. En poco tiempo, Laura regresó a la mesa con su acostumbrado caminar acompasado, y al sentarse a tu lado, abrió ligeramente su saco para dejarte ver que, debajo de la blusa, ya no traía nada de ropa. Por lo delgado y fino de la tela, era más que evidente que sus senos se mostraban en su esplendor y sus pezones estaban erectos y marcados en la tela.
Entonces, con un movimiento ágil, y sin quitarle la vista al momentaneo expectador, Laura se quitó el saco, respiró profundamente, haciendo que sus pechos se elevaran significativamente y marcaran más en la fina tela, levantó ambos brazos para acomodarse el cabello, dándole una excitante vista de ambos senos, coronados con sus pezones erectos, que retaban la resistencia de la tela. El pobre hombre no podía quitar la vista del ...
... ocasional espectáculo del que era destinatario y, de repente, se dió cuenta que ustedes dos lo mirában directamente. Nerviosamente se acomodaba en su asiento tratando seguramente de esconder una posible erección, intentando desviar la vista, sin mucho éxito.
Entonces, Laura te retó a que no hacías lo mismo. No te lo dijo dos veces, y te paraste al baño, para ponerte a la altura de las circunstancias, regresando a la mesa casi inmediatamente. Observaste que él repartía su mirada entre ella y tu regreso a la mesa, mientras ella se estiraba y ponía de lado para dejarle ver sus atractivos senos claramente dibujados a través de la tela de su blusa.
Te sentaste al lado de Laura, y con un movimiento rápido abriendo brevemente tu saco, le mostraste a ella que tus senos también se apreciaban espléndidamente a través de la tela de la blusa. Después de un breve guiño de ella, te despojaste también de tu saco y volteaste a verlo, mostrandote plena, hermosa y con unos senos maravillosos que son un gran atractivo tuyo tanto para hombres como para mujeres.
El pobre señor no podía ya ocultar una erección importante que se mostraba involuntariamente a través de su pantalón, detalle que pudieron observar y comentar entre ustedes pícaramente. No dejaron de hacerle algunas señas muy discretas de que ustedes ya notaban que él ya estaba más que prendido y otras más que sólo incrementaron su excitación.
Le dedicaron unos breves minutos más, acercaron sus cuerpos entre ustedes para hacer ...