1. Yo soy Pamela


    Fecha: 26/08/2024, Categorías: Transexuales Autor: AnaLiliaTvCDMX, Fuente: CuentoRelatos

    ... el pene artificial y entre mis nalgas y después me senté en él. Mi ano se abrió y poco después estaba completamente dentro de mi. Gemí de placer. "¡Fernando, Fernando, cógeme, te lo suplico!". Acariciaba mis muslos y mis pezones mientras me daba sentones sobre mi dildo. "¡Necesito tu verga!". Mi pene erecto comenzó a eyacular.
    
    En la regadera, rasuré cuidadosamente el vello casi inexistente de mis piernas, axilas y zona púbica. Después, aseé cuidadosamente cada parte de mi cuerpo. Al salir me miré al espejo. La palidez de mi piel la daba una apariencia andrógina a mi cuerpo, me veía hermosa, pero aun había mucho por hacer. De mi cajón con juguetes sexuales saqué un buttplug con un diamante de fantasía en la base y lo inserté en mi ano. Luego, vino el turno de la ropa interior. Elegí un sostén y tanga a juego de tamaño diminuto y, después de ponérmelos, coloqué los explantes de senos en las copas de mi sostén. Sobre mi cuerpo, me puse un suéter negro ajustado. Me miré de perfil en el espejo, de mi pecho nacían una pequeñas y hermosas tetas. Sentí una gran emoción.
    
    En la pantalla, una chica guapísima me enseñaba a mi y a cientos de personas como alaciar mi cabello con la plancha para darle la apariencia sedosa que tanto deseaba obtener. Después, seguí las instrucciones de otra chica hermosa que nos enseñaba a maquillarnos: base, delineador en los ojos, rímel en las pestañas, y lápiz labial. Faltaba poco para mi cita y yo casi me encontraba lista.
    
    Me dirigí a mi ...
    ... guardarropa y elegí una falda: era negra y quedaba unos 10 centímetros arriba de mi rodilla. No, necesitaba una falda más corta, una falda que le dejara claro a Fernando que yo quería ser penetrada esa misma noche. Entonces encontré a la ganadora: una faldita morada que no media más de veinticinco centímetros de largo. Para completar mi atuendo elegí una chaqueta de cuero sintético y una ballerinas negras para mis pies. Después, caminé hacía el espejo. Mi imagen era perfecta, me había transformado en la mujer que yo siempre había deseado ser. ¡Soy hermosa!, pensé. Era media noche y mi hombre estaba por llegar.
    
    El rugido de un motor me hizo saber que Fernando había llegado. En los bolsillos de mi chaqueta guardé las llaves de mi casa, mi lápiz labial y una pequeña botella con lubricante, por si acaso, pensé. Eché un último vistazo a mi imagen en el espejo y después salí de mi hogar. Bajé las escaleras e imaginé si habría alguien mirándome a través de las mirillas de las puertas. Era la primera vez que salía a la calle vestido de mujer y me preguntaba que es lo que dirían mis vecinos al enterarse de mi cambio. Al salir del edificio vi a Fernando aun montado en su motocicleta. Se quitó el casco y me miró de los pies a la cabeza una y otra vez.
    
    - ¿Como me veo? - pregunté al estar cerca de él.
    
    - No puedo creerlo - me dijo - si lo hiciste...
    
    - ¿Pensabas que te estaba mintiendo?
    
    Fernando me miraba incrédulo y me dio la satisfacción de mirarme con morbo las piernas.
    
    - Estás ...
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