Dulce panochita maya
Fecha: 30/08/2024,
Categorías:
Sexo Interracial
Autor: Amotepili, Fuente: CuentoRelatos
... cerca de Lupita, y me impresioné de su belleza primal, su menudencia, bajísima estatura, atractivo natural casi felino y dientes blanquísimos, ella no se intentó separar y por el contrario comenzó a poner despreocupadamente su mano izquierda sobre mi pierna derecha, mientras me dejaba acariciarle el cabello, oler la fragancia de su cuello y darle cortos besos. Después de llegar al hotel, y verla deslumbrada por el lobby me dijo:- “Nunca he estado en un sitio tan lujoso”, y la invité a mi habitación, a la que subimos sin prisas.
Ya en la habitación, corrí las cortinas, puse música de fondo y saqué una botella de bourbon americano, mientras veía a Lupita curioseando cada rincón de la pieza; con un trago en la mano comencé a hacerle preguntas abiertamente sexuales a las que atajaba y respondía sin pena, haciéndome ella muy traviesa, preguntas como si yo era rico, que cómo daba 50 dólares de propina, si era casado, si me gustaban los tríos, que si tenía novias, que si me gustaban también los chicos, que si había cogido con otras chicas en mi visita, lo que me comenzó a encender la entrepierna, y le dije que me iba a refrescar al baño, que no fue sino para quitarme la ropa, lavarme la polla y ponerme encima la bata del hotel.
Cuando salí del sanitario, me la conseguí sentada de lado en el sofá, trenzándose coquetamente el cabello, y pidiéndome que ponga una peli porno en la tele y otro trago, que le serví con hielo, y después de probarlo me dijo sonriendo que le gustaba la ...
... bebida; me acerqué a ella y le di un largo beso al que respondió con complacencia y sin rodeos se subió encima de mí para comenzar a acariciarnos y a toquetearme el cuerpo con mucha curiosidad e interés, mientras yo no podía creer que estuviera a punto de follarme a esta princesita india.
Me puse a manosearle lujuriosamente las tetas y la entrepierna, y entre beso y beso me preguntaba que porqué me gustaban las indias, que si había “chichado” con una maya, que si quería cogerla bien cogida, a lo que yo decía que si a todo, hasta que se quitó la blusa y la pollera, para dejarme ver un cuerpo perfecto, de tetas pequeñas, rellenitas, de pezones muy oscuros redondos como una moneda de dólar, la cintura más estrecha que he visto (casi podía abarcarla con mis dos manos juntas), un culo en forma de pera sin una marca de celulitis y su maravillosa panochita absolutamente lampiña.
Nunca en mi vida había estado ni visto a una mujer que tuviera un cuerpo tan perfecto y fuera tan bajita de estatura, me llegaba a la altura del pecho, y al levantarla sin esfuerzo del sofá, parecía una muñequita viviente, que me estaba quitando la bata, metiendo su lengua en mi boca, diciendo vulgaridades y agarrando lujuriosamente mi pinga que estaba tiesa como un palo debajo del calzoncillo.
Un poco achispado de tequila y bourbon le pregunto qué si puede decir palabrotas en maya, qué si también puedo llamarla “puta”, “india zorra”, o “india puta”, porque me excita mucho, y ella me responde que la ...