-
Hueco oriental: Masaje con final feliz
Fecha: 01/09/2024, Categorías: Hetero Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
Este día comenzó con una llamada erótica con una chica que conozco como Rose por estos medios cibernéticos. Quedamos en tener sexo telefónico y aunque regularmente no me presto para esto, lo hice porque esta chica tiene 18 años y dice ser virgen y vive en Ecuador. Estamos en eso y ver si algún día podemos tener un encuentro físico y conectarnos físicamente. Bueno, este día esta chica con esa plática candente donde le describía como le rompería el culo, pues la verdad me dejó con las bolas hinchadas. No me masturbo, pues a mi edad toda esa energía la ocupo para un evento real y poder satisfacer a cualquier chica que se me presente. Realmente la necesitaría un par de horas después. Me fui a una tienda de auto partes por algo que necesitaba y me estacionaba cuando veo salir de este lugar a una chica de apariencia asiática, con un lindo rostro y un erótico y exquisito cuerpo. No era la típica chica asiática flaca o esbelta, esta era una chica con un poco más de carnes y donde se le podía ver unas buenas tetas y un rico llamativo trasero. Vestía unos pantalones de tela delgada y muy coloridos que esas curvas resaltaban. Tuve que esperar y verla caminar y disfrutar de su belleza y de esa manera vi como cruzó la calle frente al estacionamiento donde yo me encontraba y para mi sorpresa se metió a un lugar donde ofrecen masajes. No sabía si ella era cliente o trabajaba en ese lugar y sin pensarlo mucho, me fui directo para ese lugar después de haber hecho mis compras en la ...
... tienda de auto partes. Me alegré al ver a esta linda chica de nuevo dándome la bienvenida y mostrándome una especie de menú de los servicios prestados. Ya de cerca descubría que no era una chica joven o adolescente, le calculaba unos 30 a 35 años muy bien cuidados. Me gustaba su bonita sonrisa y con un inglés bastante fluido me recomendaba una hora de masaje que incluía un baño y sauna. No sabía si ella solo era la recepcionista del lugar, pues había tres mujeres en la recepción, pero Anna, como dijo llamarse, era la más joven de las tres. Me tomó de la mano y me encaminó a un pequeño cuarto donde se podía ver una típica cama de masajes. Me pidió que me desvistiera y me dio una toalla grande para luego cubrirme. Para mi sorpresa ella regresó y de nuevo me llevó a otro cuarto donde esta chica completamente me quitó la toalla y me pidió que me acostara para darme ese baño. Me echó agua caliente y se dio a la tarea de enjabonarme y frotarme con sus manos donde llegó sin ningún permiso al canal de mis nalgas y me quitaba el jabón. Me pidió que me volteara y mi verga pasiva que había un tanto reaccionado tomó un poco de grosor y estaba en una erección también un tanto pasiva frente a ella. Me echó esa loción en todo el cuerpo y como al principio comenzó a frotarla por todo mi pecho y mis piernas y ya acercándose a mi verga ella me preguntó: -¿Te quieres remover el jabón tú o quieres que yo lo haga? -¡Si tú quieres hacerlo, puedes hacerlo! – le contesté. -¡Por mi no hay ...