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Hueco oriental: Masaje con final feliz
Fecha: 01/09/2024, Categorías: Hetero Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... Anna se me acercó al oído, pues próximo a esta habitación hay otros cuartos y estas habitaciones no son a prueba de sonido o térmicas. Ella me preguntaba murmurando al oído: -¿Quieres que te le dé un masaje? -¿Cuánto? – fue mi respuesta lógica. -No… yo no te cobro por esto y nunca lo he hecho. Lo hago porque me gustaría hacerlo por ti. -Si tu quieres… hazlo. La verdad que tu puedes hacer todo lo que tú quieras con ella. Me dio una sonrisa y con sus dientes me atrapó el lóbulo y me decía ya con una mirada erótica: -¡Eres un hombre muy guapo y me gusta cómo se mira tú verga! Comenzó con una pajeada bien rica con sus pequeñas manos y luego vino lo impensable pues no me puso un condón y sentí como sus delgados labios me atraparon el glande y me lo besaba y chupaba tiernamente. Podía ver en esa luz débil y amarillenta como esta chica me mamaba la verga tan deliciosamente. Debería haber estado tan caliente o era esos días fecundos del mes que andaba las hormonas avispadas. Cuando sentí que sí seguía mamando me mandaría a la gloria me levanté y ella solo me hizo de señas que no hiciera mucho ruido. Le removí esa blusa blanca que llevaba y un brasier que sostenían unos melones talla doble D, por lo menos y comencé a chuparle los pezones mientras mi mano se adentraba en esos pantalones coloridos y llegaba a su concha ya mojada y podía sentir algunos vellos recortados. Le sobaba el clítoris y le insertaba uno o dos dedos a su concha y aquella chica oriental solo ...
... gemía de placer. Le bajé los pantalones a los minutos y tenía unos calzones cacheteros de color naranja que los tenía ya saturados de sus propios jugos vaginales y la puse en esa misma cama donde ella me daba ese masaje y aunque ella me decía que no, yo hice caso omiso y le abrí las piernas y comencé a chuparle la concha. Al principio puso algo de resistencia, pero al sentir ese masaje de mi lengua en el hueco de su panocha decidió mejor disfrutar mi invasión y se le oía un respirar erótico con algunos tímidos gemidos. Comenzó a mover su pelvis para encontrar la presión y calor de mi lengua y supe que se estaba corriendo. Me subí por sobre ella y le he hundido la verga sin misericordia y comienzo con un embate frenético y se oía como esa camita crujía y como nuestros pelvis chocaban en ese baile del placer. Le mamaba las tetas a la vez mientras ella vivía un largo orgasmo y se oía a la vez ese chasquido de mi verga entrando y saliendo de este hueco oriental. No me corrí en su panocha y tuve que esperar para que esta chica retomara una mamada que me hizo temblar las piernas y le he hundido su boca con una tremenda corrida. De por si ya la chica Rose me había dejado con una calentura y así que esta corrida era muy abundante. El pequeño cuarto olía a sexo y esta chica comenzó a rociar un aroma ambiental para camuflar ese olor penetrante del sexo. Después de esa breve y sorpresiva cogida no hablamos mucho. Ella solo me preguntaba: -¿Vas a venir otra vez? -Con este tipo de ...