1. 45 años y goza como loca en la cama


    Fecha: 03/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: MikeFed, Fuente: CuentoRelatos

    Marisa es una mujer de 45 años, profesional y muy exitosa, divorciada, madre de Cintia, una compañera de trabajo con quien tengo una muy buena relación. Normalmente almorzamos juntos, ella está de novia, y con el tiempo nos hicimos confidentes.
    
    -Estoy preocupada por mi vieja Tavo, no sale, solo va al gimnasio, pero no sale con las amigas, ni a tomar un café ni a cenar. Con hombres menos.
    
    -Puede estar en la menopausia, no sería raro por la edad.
    
    -Tenes razón. La veo tan joven que no lo pensé.
    
    Esa charla durante el almuerzo, no fue más que una de las tantas charlas. Quince días después Cintia me invito a su cumpleaños, una reunión en la casa de su madre. Era un sábado a la noche. Cuando llegue vi que éramos como treinta personas, compañeros de trabajo, amigos. Y su novio por supuesto.
    
    Había contratado un catering y todos charlábamos animadamente. Casi sobre el final de la reunión se acercó Cintia con su madre, que recién en ese momento salió de su habitación.
    
    -Mamá, él es Gustavo, Tavo. Un gran compañero y mejor amigo.
    
    -Sra. un gusto conocerla. Dije extendiendo mi mano.
    
    -Hola Gustavo, lo mismo digo. Dijo la madre con una sonrisa y estrechando con suavidad mi mano.
    
    -Tavo ¿venís a bailar al boliche? Me pregunto Cintia.
    
    -Podría, hace mucho que no voy a bailar. Ni me acuerdo como sacar a bailar una chica. Dije.
    
    -No te hagas el tonto, con tu facha, caen rendidas. Dijo Cintia.
    
    -Bueno, vamos. Sra., ¿Nos acompaña?
    
    -No gracias Gustavo, estoy ...
    ... demasiado grande para ir a bailar.
    
    -Dicen que para cantar y danzar no hay edad.
    
    -Eso dicen, pero tampoco me caracterice nunca por ser una gran bailarina.
    
    -Entiendo. Muchas gracias por todo. Es un gusto haberla conocido.
    
    -Mamá, es mi cumpleaños, por favor, acompáñanos, aunque sea para salir un poco de casa. En serio te pido. Dijo Cintia.
    
    -Dale suegra, veni. Dijo el novio de Cintia.
    
    Finalmente, decidió ir al boliche. Cintia, su madre y un grupo se sentaron en uno sillones, yo y otros nos quedamos en la barra. Realmente no tenía ganas de bailar, pero fui para no ser un antisocial. Pedí un whisky y los miraba bailar. Me sorprendió la voz de Marisa.
    
    -Parece que no soy la única que vino por compromiso.
    
    -No se equivoca Sra. A veces uno tiene que aceptar para no quedar como antisocial.
    
    -Estoy de acuerdo Gustavo. ¿Te puedo pedir que me llames Marisa, que es mi nombre, y me tutees?
    
    -Por supuesto, disculpa si te hice sentir mal tratándote de esa forma.
    
    -Mal no, pero aunque no soy una chiquilina, tampoco soy una geronte.
    
    -Por favor, no digas eso.
    
    -Raro un muchacho de tu edad, tomando whisky.
    
    -Me gusta mucho, como el cognac, me gusta disfrutarlos. ¿Vos no tomas nada? ¿Te puedo invitar algo?
    
    -Gracias Gustavo, pero estaba por irme, no es mi ambiente este. Te agradezco.
    
    -Que pena, justo que había encontrado alguien con quien charlar.
    
    Ella me miró y sonrió.
    
    -¿Y de que puede estar interesado charlar un muchacho de 25 años con una mujer de 45? Me ...
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