1. Livia, inca peruana


    Fecha: 04/09/2024, Categorías: Sexo Interracial Autor: Amotepili, Fuente: CuentoRelatos

    ... encima de mi, y me decía que le mamara las tetas, a lo que yo accedía de mil amores.
    
    Mi hermano y yo no teníamos problemas en coger ambos con Lucía, y echarle la leche adentro de su coño paisa y ella se daba por bien servida al tirarse a dos jóvenes sanos, muy limpios, que la trataban y cogían bien y que siempre compartían las mesadas con ella.
    
    Una vez que mis padres se fueron de fin de semana a la ciudad, descubrí a una de las mucamas indias que se llamaba Livia, viendo a escondidas a mi hermano que estaba follando ruidosamente con Lucía en la pieza de mis padres; la sorprendí por la espalda, y ella medio muerta de miedo al verse descubierta, y medio en broma yo, que estaba cachondo escuchando a mi hermano y Lucía cogiendo, comencé a toquetearle las tetas, y a tratar de meterle el dedo en el chochito, pero Livia (ya veinteañera) se resistía diciéndome que iba a gritar si no la soltaba, pero el ambiente cargado de lujuria ayudaba a mis deseos, y le puse su manita encima de mi verga erecta y caliente, y sin muchos argumentos comenzó a apretarme y pasarme la mano encima del bulto en mi ingle.
    
    Ella era muy bajita, -le calculo 1,50 m- y rellenita, una crineja en su pelo negrísimo y lacio, piernas cortas y torneadas de trabajar el campo, sus manos eran pequeñas, pero muy fuertes y me hizo un poco de daño cuando me apretaba la pinga que aún estaba dentro del calzoncillo y mi jean; entre jugueteo y jugueteo, la cargué en brazos y la llevé a mi recámara que estaba en el ...
    ... segundo piso de la finca, ya en la pieza seguía diciendo que no iba a hacer nada y que yo era un "patroncito muy malo", pero seguía palpando mi trozo de carne dura sobre los pantalones, y daba besitos de "pico" pero a medida que la fui besando en el cuello, las negaciones eran menos firmes, y ya los besos eran profundos y de lengua, hasta que le dije que ya estaba bien de pendejadas, y comencé a desabotonar el uniforme, que encerraba un cuerpo gordito, muy morena, con unas tetas perfectas de buen tamaño y pezones redonditos casi negros, y cuando la desvestí, se bajó las panties donde pude ver que en su coñito no tenía ni un vello púbico, cosa que me gustó mucho, porque la panocha de Lucía era muy peluda.
    
    Livia estaba de pie en la cama, y pudimos estar a la misma altura, me besaba y me mordisqueaba el cuello mientras me desvestía, y se le veía en los ojos mucha curiosidad, pero lo que más me excitaba era que mientras me quitaba la ropa, me estaba murmurando al oído vulgaridades en su lenguaje quechua, que sonaban muy eróticas y subidas de tono, y cuando me incorporé frente a ella con la verga tiesa, Livia abrió mucho los ojos, viendo mi pinga erecta y a mis ojos, diciendo palabras de asombro en su idioma, diciéndome que nunca había cogido con un blanco y que jamás había visto un "guineo" tan grande.
    
    Estaba muy curiosa, me pidió que me acostara en la cama, y comenzó a ver de cerca mi verga tiesa, que ya asomaba lubricante en el ojete, se acercaba mucho, me olía la pinga, y ...
«1234...»