1. Sorpresa con la madre de mi novia (1): Llegada


    Fecha: 09/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Alfil-1, Fuente: CuentoRelatos

    ... correr como un río desbordado. Su excitación se palpaba en el ambiente y bajó una mano con nerviosismo buscando mi miembro. Ahora no se conformó con tocármelo a través del bañador, metió la mano dentro y lo abrazó con sus largos dedos.
    
    —Dios mío! Que grande es! Dijo abriendo su deliciosa boca en forma de sorpresa.
    
    Mi cuerpo sintió un calambrazo al notar el apretón de su mano y me lancé contra sus tetas como un depredador hambriento. Metí uno de los gordos pezones en mi boca y lo lamí y lo chupé con un deseo casi incontrolado.
    
    —Síii, dios mío! Síii! Como me gusta!
    
    Casi gritó al sentir mis chupadas. Pasé al otro pezón y lo lamí como un perro sediento para después succionarlo con fuerza. Parecía una fiera ante esas grandes tetas, no sabía lo que le gustaba, ni como le gustaba, pero sus jadeos y la presión de su mano sobre mi cabeza aplastando mi boca contra sus tetas fue una señal de aprobación. Busqué con la mano el centro de sus grandes muslos y sentí los gruesos labios marcando poderosamente la fina tela. No esperé más, no quería que me pasará como en la piscina, y metí la mano por encima del tanga para pasar todos mis dedos por esa deliciosa carne. Instintivamente abrió las piernas y uno de ...
    ... mis dedos se introdujo entre ellos, fue una sensación como si esa tremenda raja me lo absorbiera y su cuerpo comenzó a temblar como un flan.
    
    —Ahhh, uffff, Ahhh!
    
    Fueron unos leves jadeos y al momento noté como mojaba mis dedos. Su mano apretaba tanto mi cabeza contra sus tetas que casi me quedé sin aire.
    
    —Ahhh! Dios mío! Creo que me he mojado!
    
    —Pero Carmen, si apenas la he tocado!
    
    —Hijo mío, llevo tanto tiempo sin sentir las manos de un hombre, ufff, que no he podido aguantar!
    
    Yo no sabía que decir, su corrida exprés me había descolocado. Si se había corrido con tan solo unos roces, que sería cuando le metiera la polla! Empecé a alucinar pensando en todo tipo de cosas, cuando me la follaría? De que maneras? Si me llenaría la boca de corridas cuando la comiera el coño? Si querría chuparme la polla?
    
    —En cinco minutos estoy!
    
    La voz de Lucía gritando desde el jardín me hizo casi pegar un salto y todos mis lascivos pensamientos cayeron como un castillo de naipes. Cinco minutos acababa de decir, vamos, que la media hora se había quedado en algo más de diez minutos y yo con otro calentón. Carmen se dio la vuelta de inmediato y volvió con la comida dejándome con el bañador plenamente abultado. 
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