1. Un reconocimiento médico inesperado


    Fecha: 16/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Javimorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... me preguntó la doctora si ya estaba listo y dije que sí.
    
    Las sorpresas no habían terminado: entró la doctora acompañada de una enfermera que debía tener unos 25 años y también muy guapa. Llevaba únicamente una bata de enfermera y, por lo tanto, enseñaba generosamente sus piernas.
    
    Yo cada vez estaba más y más nervioso.
    
    –Como nunca te han hecho una revisión urológica, además de la próstata, te voy a revisar el pene y los testículos para comprobar que todo está bien –me dijo la doctora mientras se ponía unos guantes y la enfermera otros.
    
    Esto fue algo que me pareció bastante morboso, especialmente al oír el ruido del látex cuando se los ajustaron en sus manos.
    
    –Súbete el camisón –me dijo la doctora.
    
    Me quedé inmóvil sin obedecer lo que me había dicho.
    
    –Tienes que subirte el camisón, si no, no te podemos hacer nada– me comentó la enfermera de manera amable.
    
    –No te preocupes. Desnudarse aquí, en una consulta médica es algo muy normal. Estamos aquí para ayudarte. Tú simplemente levántate el camisón y nosotras nos encargamos de todo –me dijo la doctora sonriendo.
    
    Había llegado el momento de la verdad. Me descubrí y la doctora y la enfermera pudieron ver mis genitales completamente afeitados. Empezó por las ingles y después se detuvo en el pene. Retiró la piel para atrás y me miró el glande con detenimiento y después lo empezó a tocar y me inspeccionó el orificio de la uretra. Yo estaba intentando pensar en otra cosa pero al final pasó lo que me temía: ...
    ... la erección hizo acto de presencia. Observé que la enfermera, que estaba viendo sin perder detalle todo lo que me hacía la doctora, se quedó colorada. En cambio, la doctora actuaba como sin darle importancia al endurecimiento de mi miembro viril. Además aprovechó la erección para comprobar el grosor del pene y me tocó desde un lado hasta el otro. Después me palpó los testículos agarrando primero la bolsa escrotal y después palpando un testículo y después el otro.
    
    –Ahora túmbate en esta camilla –me ordenó.
    
    Observé la camilla: me recordaba a las que utilizan las mujeres en sus revisiones ginecológicas pero evidentemente también servían para hombres como iba a poder comprobar irremediablemente en unos segundos.
    
    Me tumbé y la enfermera me dijo que acercara el culo hasta el borde de la camilla. Corrí el culo hasta donde me dijo y después me ayudó a colocar los pies en los estribos. Cuando puse un pie en cada estribo comprobé que me quedé muy abierto de piernas por lo que estaba muy expuesto y a entera disposición para que me hicieran lo que tuvieran que hacerme.
    
    La doctora me fue a palpar el pubis pero había algo que se lo impedía.
    
    –Alicia, sujétale el pene –dijo la doctora.
    
    La enfermera me agarró mi pene erecto con una mano para que la doctora me pudiese palpar el abdomen y el pubis con facilidad. La erección era tan grande que el pene la impedía revisarme con facilidad el pubis. Yo estaba que no sabía dónde mirar de la vergüenza que estaba pasando. Me palpó el ...