1. El bañador rojo


    Fecha: 21/09/2024, Categorías: Bisexuales Autor: Ivanvorpatril, Fuente: CuentoRelatos

    ... dejaba caer despacio dejando que ambos notáramos como entraba en su culo.
    
    Mientras él subía y bajaba despacio por fin pude acariciar su rabo y los huevos tan suaves. La otra mano acariciando la piel de su muslo. No quería que se corriera sobre mi plano vientre así que solo lo acariciaba con suavidad. Evitaba pajearlo mientras Julio aceleraba el ritmo de la cabalgada. A la vez apretaba el esfínter como si quisiera arrancarme la polla.
    
    El que al fin se corrió fui yo dentro de su recto gimiendo y suspirando, con los ojos en blanco. Se inclinó sobre mí para volver a besarme para recorrer mi boca con su lengua hasta llegar a la campanilla. Mientras mi polla perdía su dureza y salía sola del acogedor ano.
    
    Quería que él me follara pero también quería saborear su lefa. Su sabor en mi lengua. Al final fue él quien lo decidió, sin bajarse de encima se movió hacia adelante. Hasta apoyar el culo en mi pecho dejándome así la polla al alcance de mi boca. No tuve más que separar los labios para que entrara el durísimo glande.
    
    Me encantaba pasar la lengua por la piel suave casi pulida de la punta de su nabo. Mientras sus huevos se apoyaban en mi pecho o incluso a veces me rozaban la barbilla. Claro que tampoco los dejaba en paz acariciandolos con la mano.
    
    Por fin me llenó la boca de semen, que no me tragué, lo retuve sobre la lengua esperando que me besara y poder compartirlo con él. No me defraudó, se bajó de encima sólo para tumbarse a mi lado.
    
    Buscando de nuevo mi boca ...
    ... con el mismo ansia que había tenido toda la tarde al besarme. Jugamos con nuestras lenguas, con la lefa y la saliva. Mientras las manos seguían recorriendo nuestros cuerpos con suavidad ya mas relajados.
    
    Tirados en el sofá, sin separarnos ni un milímetro seguíamos rememorando viejos tiempos y contándonos situaciones morbosas. Sobre todo estas últimas y de las que en su día no llegamos a enterarnos.
    
    Él había estado a punto de pillarnos con los pantalones bajados y lamiéndonos varias veces. Cuando oíamos el ruido de la puerta apenas nos daba tiempo a subirnos la ropa y poner cara de circunstancias.
    
    Me contó también cómo tuvo que contratar algún chapero que se pareciera a nosotros por lo cachondo que le poníamos. Y por fin me dijo que la causa de su divorcio fue el confesarle a su mujer su bisexualidad. Además de el amante que ella se beneficiaba por supuesto.
    
    Con todo el morbo de la conversación nuestros miembros recuperaban la verticalidad. Yo estaba rabiando por que me follara, ni nos quedaba saliva para lubricar. Así que fue a la cocina a buscar aceite de oliva con el que untar su rabo y dilatar mi ano.
    
    Lo esperaba de rodillas en el sofá apoyado en el respaldo y separandome las nalgas con las manos. Ya habíamos tenido juego previo, se limitó a pasar la lengua unos segundos por la raja, dejar caer el aceite desde mi espalda y entenderlo con dos dedos en mi ano. Mientras yo se lo ponía con generosidad en la polla.
    
    Lo de que que entró en mí como un cuchillo ...