Sayo - onara. Relato de una atracción
Fecha: 23/09/2024,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: elzorro, Fuente: CuentoRelatos
"Sobre una roca, en medio de aguas termales, se levantaba un pequeño árbol de tronco retorcido, hojas verdes y pequeño tamaño. Una mujer oriental, de culito prieto y tetas pequeñas, daba pequeños pasos en dirección al agua. Dentro de la piscina natural, dos amigas japonesas, con el cabello recogido en un moño, hablaban en susurros riendo y disfrutando de la cálida sensación que el líquido provocaba sus cuerpos. Un poco más allá, sentada en un saliente, una joven europea de pelo rubio y algo entrada en carnes, mostraba sus grandes senos mientras que con el cuenco de la mano se echaba agua por encima. La brisa primaveral, de vez en cuando, traía el aroma de los cerezos en flor que no muy lejos de allí crecían. Otra chica, de gran belleza, se hallaba en las instalaciones del onsen completando el proceso de higiene previo. La lluvia artificial procedente de una ducha de mano resbalaba por su espalda, mezclándose con la espuma del gel, formando remolinos que osaban explorar el nacimiento de la rajita de su culete. Una pequeña toalla de color blanco ocultaba de manera pudorosa su entrepierna..."
- En breve iniciaremos la maniobra de aterrizaje en el aeropuerto de Narita. - sonó la voz del piloto en inglés sacando a Manuel de su sueño erótico.
Cerca de una hora y media después, tras dejar sus cosas en el hotel, asearse y cambiarse de ropa, el varón salió en dirección a una taberna japonesa a la que los habitantes de aquel país llamaban "Izakaya".
- Manuel, bienvenido. - ...
... saludó una chica española que llevaba años viviendo en Tokio.
- Hola Sonia, ¡qué alegría verte!
- Mira, te presento a mi amigo Peter, que viene de Nueva York y a mi amiga Sayo, que es de Yokohama, pero lleva tiempo viviendo aquí.
Manuel hizo una pequeña inclinación con la cabeza y hablando en inglés les saludó con un "Hello".
- Sayo sabe un poco de español. - informó Sonia.
- Hora Manueru, ¿qué tal? - saludo la japonesa sonriendo y acompañando el saludo con una inclinación.
La velada transcurrió de manera animada, entre conversaciones que utilizaban palabras en tres idiomas, traducciones improvisadas y muestras de sorpresa por parte de Manuel según iba descubriendo platos y costumbres típicos del país nipón.
Al despedirse, miró a la chica japonesa y queriendo practicar su escaso japonés, y por qué no decirlo, impresionarla, dijo "Adiós" en el idioma de los samurais sin doble intención, fruto de la ignorancia.
- Sayo...onara, Sayo.
Sonia no pudo reprimir la risa mientras que la aludida se ponía roja.
Manuel sonrió estúpidamente sin saber muy bien que estaba pasando.
- Te acompaño al hotel - se ofreció Sonia.
- Vale
Durante el trayecto, ambos iniciaron una animada conversación.
- Tus amigos parecen buena gente.
- Sí, tengo suerte de conocerlos.
- Por cierto, de que te reías al final, ya sé que mi pronunciación es un desastre pero... además tu amiga se puso colorada.
- Ah, eso. Es que dijiste Sayo y luego después de una pausa ...