Todo queda en familia
Fecha: 25/09/2024,
Categorías:
Confesiones
Autor: escorpiana_luna, Fuente: CuentoRelatos
... invitados.
Fui a la planta de abajo a preparar algo para picar, me gusta ser buena anfitriona y ofrecer mi casa como un sitio acogedor. Le dije que se instalara y se aseara si lo consideraba conveniente, me dijo que bajaría en breve para darse una ducha si no me importaba. –Para nada, estás en tu casa Jaime- le contesté yo.
Descolocada me quedé cuando ese gallego con cara de no haber roto un plato, baja con un pantalón de chándal gris como atuendo, sí, sólo un pantalón gris y sí, llevaba más ropa, pero solo en la mano… No pude mirarle a los ojos mientras me pedía muy amablemente si le prestaba una toalla, aunque reaccioné rápido y creo que no se percató al estar mirando su móvil mientras me hablaba. Se dio una ducha rápida y salió vestido para la tranquilidad de mi clítoris, que ya me estaba susurrando desde que lo vi aparecer con el torso desnudo. Le invité a ponerse cómodo en el sofá y a comer algo, teníamos queso, algo de fruta y vino, el cual jugó un papel importante en todo esto.
Tras un buen rato de conversación puede comprender que Jaime no sólo era guapo y apuesto sino que, era un tío que hablaba muy bien, conocía muchos temas de conversación que me resultaban muy interesantes y sobre todo se mostraba como alguien muy sensible, amante de los animales y de la naturaleza, de hecho su profesión era veterinario, otro punto más a favor del primito.
Entre sus maravillosas sonrisas al contarle mis cosas y las copitas de vino que se acumulaban, Jaime empezó a ...
... ponerme pero que muy cachonda. El clítoris no me susurraba, me gritaba a voces que me rozara con él como una posesa. Mi apariencia y mi intención siempre era la de ocupar el sitio que me correspondía, la novia de su primo. – No puedo follarme al primo querido de Juan- me decía una y otra vez hacia mis adentros, pero Jaime colocó fugazmente su mano en mi rodilla mientras me hablaba de un tema que ni recuerdo, porque al puntito gracioso que me estaba dando el vino, se unía lo caliente que me estaba poniendo ese hombre tan interesante. –Venga primo Jaime, no me lo pongas más difícil- me repetía intentando convencerme de lo inevitable. Dejé de contenerme y decidí aprovechar el rato que aún nos quedaba antes de que llegara Juan. Haciéndome la tonta fui acercándome más a él y fui yo la que entre risas le puso mi mano en su pierna, pero no en la rodilla, ni hablar, en la mitad del muslo. Quería subirla hasta su entrepierna a toda costa. Jaime reaccionó encantado del contacto y me puso su mano encima de la mía, el corazón me iba a explotar, quería besarlo y cada vez me ponía más burra el olorcito a hombre que desprendía el famoso primo gallego. Con su otra mano me colocó el pelo por detrás de la oreja y con ese gesto me puse tan nerviosa que solo pude mirar sus labios unos segundos antes de que él besara los míos con una intensidad tremenda.
Nos enrollamos mientras mi mano ya agarraba su polla por fuera de los pantalones, tan fuerte que parecía que me la iban a robar. Jaime mientras ...