Indeleble
Fecha: 30/09/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: LuzInsumisa, Fuente: CuentoRelatos
... levemente abierta recorrió los labios de él con su lengua, para luego morderlos levemente. Ella apenas respiraba, sentía que su temperatura subía al mismo tiempo que el deseo de él. Sentía cómo él recorría su espalda, manos extendidas, sin apretar demasiado, pero ella podía sentir el deseo de él en cada poro.
Sin dejar de besarla, recorriendo su cuello, su espalda, dibujando su cintura, lentamente la sacó de la cocina para conducirla al dormitorio. En el trayecto ladeó su cabeza besando su cuello con ternura y deseo. Ella se dejó guiar mientras la espalda se le erizaba al ritmo de aquellos labios que sabían perfectamente lo que hacían o al menos lo que esa noche querían hacer. No había nada más esa noche que disfrutar.
Cuando llegaron al dormitorio recordó que había cambiado su cama, era imposible tener sexo ahí resultado de un arrebato luego del divorcio. Estaba sola y no quería a nadie más en su casa, quería más espacio y le gustaba ir contra lo establecido, así que cambió la cama matrimonial por algo funcional y estrafalario a su edad, un camarote con escritorio y sillón desplegable. Práctico para el diario vivir, pero imposibles para una noche de pasión. A pesar de eso lo intentaron con humor, esa noche los reparos no podían ser contratiempos, el deseo era demasiado y el tiempo poco. Con el mismo humor bajaron el colchón de la cama y lo instalaron en el suelo del living, era perfecto, sin ruidos y con todo el espacio necesario.
Él le sacó la polera acariciando su ...
... torso y brazos, ella desabrochó pantalón y comenzó a subir por su abdomen primero con las manos, pero luego se arrepintió. Inclinándose sin agacharse, aunque él era bastante más alto que ella, acercó la lengua a su ombligo y recorrió el borde del pantalón. primero a la derecha, hasta la cadera, luego deshizo el camino hasta llegar a la cadera izquierda; desde donde subió lentamente zigzagueando entre el costado y el abdomen. Al llegar a su pecho él la apartó para mirarla y darle vuelta, volvió a besar su cuello y mordisquear su oreja, mientras sus hábiles manos desabrochaban el pantalón y dibujaban sus caderas.
Las manos de él se abrieron para recorrer, presionar, apropiarse de sus glúteos. La sintió estremecerse, sin saber si por el movimiento en su cuello o la presión en el trasero. Decidió probar mordiendo su cuello, ella jadeó. Apretó el glúteo derecho y ella dio un respingo, luego el izquierdo, ella arqueó levemente su cintura. Decidió no darle respiro, quería todo esa noche… para ella. Llevó sus manos hacia adelante manteniendo el pulgar e el borde del pantalón. En esa posición, con las manos abiertas y levemente inclinadas hacia su entrepierna, el calor que le transmitían la hacían jadear y mover levemente las caderas. Cada vez que él presionaba sus dientes en el cuello ella respiraba profundo y arqueaba la cintura hacia atrás, presionando sus glúteos contra el miembro de él. La temperatura de ambos subía, la respiración de los dos estaba cada vez más entrecortada, ...