1. Indeleble


    Fecha: 30/09/2024, Categorías: Hetero Autor: LuzInsumisa, Fuente: CuentoRelatos

    ... por suerte no necesitaban pensar, solo sentir.
    
    Sin girarla comenzó a bajar sus pantalones besando su trasero en el proceso. Ella se dejó hacer permitiendo que el placer la embargara, sabía que en poco no sería consciente de nada.
    
    -Esta noche será la mejor noche de tu vida, quiero hacerte disfrutar para que nunca olvides.
    
    Ella sonrió, complacida y sonrojada. – Qué meta tan alta, a ver qué pasa-Lo provocó.
    
    Terminó de sacarle el pantalón sin desvestirla del todo aún y la arrojó suavemente sobre el colchón. Se desvistió a su vez, tendiéndose a su lado. La besó nuevamente, con deseo y dedicación, dejando que su mano se moviera libremente por el contorno de ella. Ella se dejó, buscando la boca de él proyectando todo el deseo que sentía en sus labios. Los sintió inflamarse y arder, que abrazaban los de él, y dejó que su mano vagara por el cuerpo de él. Él llevó su mano a la cadera de ella y la acercó aún más, bajó por su pierna, dibujó su glúteo suavemente, pellizcándolo al sentir su estremecimiento. Ella gimió, respiró profundo, llevó su mano a la espalda de él dibujando figuras al azar con apenas la yema de los dedos, besó su cuello, aspiró profundo su aroma tratando de no embriagarse en el placer. Sentía su espalda encendida, cosquilleaba mientras él la recorría a veces suave a ratos presionando casi como si quisiera marcarle los dedos. Sentía el movimiento de las caderas de ella, suave primero, adelante y atrás invitándolo, pero el decidió bajar acariciando su ...
    ... pecho con sus labios dejando que su mano jugueteara un poco más entre sus piernas, insinuando, provocando, sin cerrar el trato. Ella cerró los ojos y simplemente se dejó llevar, necesitaba no pensar y sentir al máximo cada segundo de esa noche. El calor subía en la medida que los labios de él se acercaban a su pelvis. Ella echó la cabeza hacia atrás al sentir su lengua pasear entre sus labios y clítoris y recordó alguna vez en que él comentó sobre el tamaño y sensibilidad de su clítoris que la hizo recordar que durante el embarazo su madre pensó que sería hombre.
    
    Él introdujo su lengua en su vagina y sonrió para sus adentros al escucharla gemir. Quería que gritara, quería sentir su placer ascender, que lo conducía en su propio ascenso, aunque parecía que él guiaba. La escuchó jadear, la sintió arquearse y estremecer, lo que le hizo introducir su lengua más profundo y moverla abarcándola toda. Quería alargar la sensación por ella, por él, por ambos. Sus manos apretaban los glúteos y caderas de ella, mientras succionaba su clítoris. Notó la primera oleada de placer, la sintió ascender y presionó un poco más, succionó más, ella gritó mientras enterraba sus dedos en la espalda de él y acercaba su pelvis a su boca levantando las caderas.
    
    Volvió a ascender mordisqueando sus muslos, al sentir los dedos de ella enredados en su pelo tirando levemente, entonces la volteó. La espalda de ella sentía el calor del torso de él y de las manos recorriendo su muslo alto y la entrepierna. ...