El bautizo campestre (día 5): La prima de Elsa
Fecha: 30/09/2024,
Categorías:
Incesto
Autor: vule69, Fuente: CuentoRelatos
Elsa resultó ser una verdadera fiera en el ring de cuatro perillas, sorprendiendo incluso a mi novia que, digámoslo, a estas alturas a mi parecer era la come vergas campeona, pichichi, número uno del mundo mundial y del universo universal por lejos y, esa noche… por decirlo en jerga futbolera, el pequeño botó al gigante, dando la sorpresa al superarlo ampliamente en todos los aspectos del juego.
I
La noche se negaba a envejecer, ignorando incluso a los gallos que anunciaban aquí y allá la inexorable llegada del alba. Habíamos follado toda la noche, mas en ese instante yacía tirado de espalda, con el coño de Andrea en la boca y mi polla flácida en la suya en un 69 hecho casi por inercia.
De fondo escuchábamos los ahogados quejidos que emitía la esposa del cacique debido a que el huaso por la boca, Mario por el culo y Juan por su coño, la perforaban con determinada alevosía y, debo decirlo, con un gran sentido del ritmo y la coordinación.
Recordé sus palabras antes que todo comenzara. Yo también quiero que me hagan eso, Dani… y, en ese momento eran dos no más, pero, como todos sabemos, una cosa lleva a la otra, las copas demás se van a la cabeza y… zás!!! Ahí estaba, gozando, ensartada al unísono en tres pollas.
Pasaron los minutos como si de horas se tratara. Andrea, rendida y con su cuerpo bañado en sudor, dormía aturdida sobre mí, aún con mi polla en la boca. Tiernamente la deposité al lado y cubrí con las mantas… En pocos segundos una mancha de saliva ...
... alrededor de la comisura de sus labios entre abiertos denotaba que mi novia estaba fuera de combate.
La observaba dormir cuando, Mario primero y casi de inmediato, Juan, acababan entre jadeos, insultos y exageradas convulsiones. Al separarse el trío, con la mano en la cabeza, el huaso, dirigió a Elsa de modo que ésta quedara a lo perrito frente a su aún viva verga, entonces, le penetró de una sola vez el coño, sacándola al tiro y clavándola con igual vehemencia por su culo. Así estuvo en ese mete y saca por varios minutos… El culo, el coño… el coño, el culo.
Mi último recuerdo es ver a Mario y Juan durmiendo culo con culo en la cama de Mario; al huaso, en nuestra cama, reventándole ambos orificios a la pequeña, exquisita y caliente Elsa que jadeaba, intoxicada en lujuria y placer. Aún la oscuridad no se retiraba del todo y mis oídos, poco a poco, dejaron de escucharlos.
II
Abrí los ojos y de inmediato entendí el por qué sentía tanto calor. Andrea, desnuda sobre mí y ambos tapados con un cobertor de plumas, roncaba plácidamente. Con delicadeza la dejé a un lado y salté de la cama. El ronquido no varió ni en ritmo ni en intensidad.
Elsa, sobre las tapas, dormía desnuda entre Enrique y Mario en la cama que se suponía era la de Andrea y mía. Juan ya no estaba. Tras levantarme dirigí mis pasos hacia el baño, pues necesitaba una ducha.
Al volver, Elsa conversaba animadamente con Enrique. Andrea, desnuda, con los brazos cruzados detrás de su cabeza y cubierta solo hasta ...