Tablita
Fecha: 08/10/2024,
Categorías:
Hetero
Autor: Non-sense-X, Fuente: CuentoRelatos
Cuando llegué a los 15 años y vi a todas mis compañeras con sus curvas en crecimiento me sentía emocionada porque sabía que eventualmente mis senos y mis nalgas crecerían. Sin embargo ahora tengo 21 años, y el momento en el que tenga mi glow up nunca llegó. Tengo 21 años y mis senos, caderas, y nalgas son muy pequeños, ganándome así apodos como la “tabla del salón”. Muchas veces siento vergüenza de mi cuerpo, ya que no importa que tan ajustado sea el vestido, o revelador sean las faldas, no suelo robar la atención de los chicos. Por tal motivo no suelo salir muy seguido a discotecas o bares, ya que por lo general soy el blanco de burlas o directamente de ser la ignorada del grupo. Mi nombre es Yane, soy de tez blanca, pelo café, y siempre fui la Tablita del grupo.
Hace algunas semanas conocí a una chica por mi universidad llamada Sara, es una persona increíble, además que siempre me hace sentir bien con mi cuerpo a pesar de mis defectos. Esta semana me convenció a salir con ella y un grupo de sus amigas a una fiesta.
Llegó la noche y me disponía a salir con ropa holgada, al final de todo, igual no tengo mucho para presumir. Ni bien vino a recogerme Sara pegó el grito al cielo, quejándose que mi ropa no era adecuada para una noche como la que teníamos.
“Esta noche nos vestimos como divas, seremos unas gatas” Me decía Sara y yo solo podía corresponder con risas incómodas. Era obvio, ella tenía para presumir, yo a duras penas a regañadientes acepté que me ayude con mi ...
... outfit.
Quedé sorprendida, sabía que la idea de Sara era algo más revelador, pero no pensé en ningún momento que fuera tanto. Me vi al espejo viendo una chica con un pantalón de cuero negro, y un croptop que parecía mas solo un sostén. Mis inseguridades saltaron inmediatamente, pero con un silbido y una nalgada de Sara en modo de piropearme, se fueron cambiando a una sencilla risa. Sentía aquella sensación de travesura que tenía cuando era niña, y eso me emocionaba.
“Vamos potra, que esta noche nos agarramos a dos galanes pase lo que pase” Exclamó Sara mientras salíamos de mi apartamento y nos dirigimos al boliche.
Llegamos al lugar, y me sorprendió que más de uno se nos quedaba mirando, era normal que Sara robe miradas, pero la impresión quedó en que yo también tenía algunas miradas indiscretas. Admito que si bien era un poco incómodo, como no era algo normal en mi, me gusto.
“Hola me permites invitarte un trago” Me dijo un chico alto de pelo rubio. Yo con una sonrisa solo asentí y nos dirigimos a la barra.
Pasaron unos cuantos minutos charlando en un inicio, luego bailando. Cada vez hacía cosas más arriesgadas mi acompañante. Pero yo tenía en la mente la idea de llevarme a alguien esta noche, me dije a mi misma que sería una “fácil” esa noche.
Bailamos pegado, y cada vez se acercaba más a mi cuello haciendo que sienta su respiración cada vez más agitada. Eventualmente sentí como su mano que estaba en mi cintura bajaba lentamente, hasta tocar descaradamente ...