David. Un masaje con final feliz
Fecha: 10/10/2024,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Paola Paola, Fuente: CuentoRelatos
Llevo una semana con un dolor fuerte en la espalda. Entre el trabajo, alguna mala postura o tensarme demasiado, mi espalda sufre los estragos de todo ello. La medicación no me hace nada y mi jefe me ha dicho que vaya al fisioterapeuta y que me den un masaje, que de seguro me lo solucionan enseguida.
La verdad es que tengo miedo de ir. Nunca he ido al fisioterapeuta y todo porque no sé si seré capaz de controlarme. Seguro que Luis tiene razón y me solucionan el problema en nada, pero no he sido capaz de decirle porque no había ido antes. Bueno ni antes, ni nunca. Mi punto más erógeno es la espalda y me pongo mala de mala solo con acariciarla.
Cuando alguna de mis parejas ha intentado darme un masaje, para mí fue un masaje erótico con final feliz.
Llevo una semana que quiero olvidar, porque nada me alivia y al final voy a tener que ponerme en manos de alguien que me ayude.
Me he puesto a mirar fisioterapeutas y la lista es larga. Hombres, mujeres, en su clínica o en mi casa. Creo que mejor voy a la clínica y decido llamar por teléfono a una que la fisio es una chica. Me da cita para la tarde y encima queda cerca del trabajo.
Tengo cita para las 20 h, será una primera consulta y si todo va bien, me darán el primer masaje. Después del trabajo me paso por allí y al entrar me encuentro a la chica que muy amablemente me atiende.
-Hola, soy Paola. Tengo cita a las 20 h.
-Soy Raquel, si no te importa voy abrir tu ficha ¿vale?
Me abre una ficha y toma nota de ...
... todos mis datos. Mientras lo hace, escucho un par de voces en el fondo de pasillo que se dirigen hacia donde estamos.
-Muchas gracias David, nos vemos el próximo día.
-Gracias a ti, hasta el viernes.
El primero se dirige a la puerta y se marcha.
-Buenas tardes –me dice
-buenas tardes –le respondo
-¿Tu eres mi siguiente paciente?
-¿Yo? Pensé que era paciente de ella –digo mirando a Raquel
-Tu fisio será David. Yo tengo que salir ahora a casa de una paciente que me está esperando.
-Ufff -resoplo suavemente. No me puede estar pasando esto
Creo que debería de haber especificado que me atendiera una mujer. Esto me pasa por no puntualizar las cosas. Me giro y miro por el ventanal que hay. No sé ni dónde meterme. Estoy tan nerviosa que estoy a punto de decirles que vuelvo otro día.
-Te dejo su ficha abierta, yo me tengo que ir ya o no llego.
-Claro no te preocupes, si falta algo le tomo nota después.
-Hasta luego Paola. Te dejo en muy buenas manos. – se despide con una sonrisa y sale cerrando la puerta
-¿Paola me acompañas?
-ahhh si –le digo casi en un susurro
Veo como se dirige al ventanal y baja los estores.
-Eres la última paciente y no quiero que nos molesten. Así estamos más tranquilos.
-Vamos acompáñame Paola.
Camino detrás de él. Mide como 1´80, tiene los ojos marrones, pelo moreno, lleva barba arregladita, unos 85 kg, piel bronceada y rondara los 35 años.
Entramos en la sala de masajes. Es un espacio mediano con una ...