1. El profesor de mis hijas me enseña a dar el culo


    Fecha: 22/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: soyAriel, Fuente: CuentoRelatos

    ... grande, agh, siento que me traspasas, pero que placer, agh, me vuelves loca.
    
    Sus embestidas fueron aumentando de intensidad, mis gemidos se volvieron incontrolables, cada clavada de verga me hacía dar un respingo y arquear mi espalda, me besaba y susurraba cosas lindas al oído que me hacían estremecer, me acariciaba las tetas y pellizcaba suavemente los pezones, estaba en el cielo, me estuvo clavando como unos 20 minutos sin cesar hasta que de pronto un calambre atravesó mi cuerpo y mi cuerpo empezó a convulsionar, sentí que mis flujos empezaron a escurrir sin control entre mil espasmos, me estaba corriendo por segunda ocasión, mientras me seguía penetrando con fuerza y profundidad, al ver mis muecas de placer, sonrió y aumentando sus embistes expresó:
    
    - Córrete, disfruta nena, goza sin pensar en nada, quiero gozarte toda la noche.
    
    Fue un nuevo y larguísimo orgasmo, poco a poco mis espasmos fueron disminuyendo, pero Alejandro no daba muestras de terminar, continuaba ensartándome una y otra vez, tenía una potencia formidable, me miró a los ojos y preguntó:
    
    - Nena, te han dado antes por el culo?
    
    Negué con la cabeza, mi esposo es una persona muy convencional y nunca me había pedido tal cosa, sonrió y me sacó su verga, me puso boca abajo y dijo:
    
    - Que colita más hermosa y firme, no sabes cómo la voy a disfrutar.
    
    Empezó a besarme y morderme suavemente las nalgas, sin dejar de apretarlas, sentí que separó mis nalgas con sus manos dejando mi lugar más íntimo y ...
    ... recóndito expuesto, me sentí incómoda, pero no reclamé, al instante la punta de su lengua se posó sobre mi arrugado agujero y sentí una corriente de placer que recorrió mi cuerpo, mi cuerpo se tensó y apreté el culo, el placer que sentí fue diferente e inesperado, no pensé que mi culito fuera tan sensible, volvió a abrir mis nalgas y empezó a lamer mi ano con lujuria, todo me daba vueltas, sus dedos se posaron en mi clítoris y empezó a masajearlo sin dejar de lamer mi agujero, me abandoné completamente, era una sensación increíble y cerré los ojos para concentrarme en esas sensaciones que tanto placer me daban, la punta de su lengua cada vez hacía más presión, hasta que venció la resistencia de mi esfínter y entró la puntita, las piernas se me aflojaron, sentía su nariz en medio de mis nalgas y el aire tibio de su respiración, abrí más las piernas, estaba segura de que de un momento a otro me correría nuevamente, cuando de pronto saca su lengua y se dirige al tocador, lo seguí con la vista, buscó entre mis cosméticos y alcancé a ver por el espejo que tomaba una crema corporal, era de mi esposo, acostumbraba usarla para proteger su piel, ya que por su trabajo pasa mucho tiempo bajo el sol, abre el tarro y mete dos dedos en la crema tomando una cantidad muy generosa, aunque excitada empecé a temblar, si su gruesa y larga verga me había dejado el coño adolorido y ardiendo no podía imaginarme que daño le haría a mi estrecho agujerito.
    
    Se puso detrás de mí, abre mis nalgas y ...
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