1. Su profesor particular (capítulo I): La proposición


    Fecha: 24/10/2024, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Edstaston, Fuente: CuentoRelatos

    ... que los hombres se fijaran en ella. Lo que sí que le llamó más la atención fue notar que Tomás se fijaba en sus pies. Al principio, comenzó a sacar sus pies de los zapatos de forma inconsciente. Luego, cuando le pareció que él los miraba, aumentó el juego de sus pies con los zapatos.
    
    Elena había tenido un novio fetichista de los pies y sabía la irresistible atracción que unos pies bonitos de mujer suponían para esas personas.
    
    “Apostaría cualquier cosa a que mi querido y recto profesor se muere por lamer mis pies”, pensó Elena cuando estaban llegando. “Esto puede ser verdaderamente interesante para mí y para mi futuro académico”.
    
    Aquel día se sentó en la primera fila en el aula, para asegurarse de que Tomás se fijara en ella. Buscó un sitio desde el que sus pies quedaran visibles para Tomás mientras éste impartía su clase. Por supuesto, se pasó todo el tiempo sacando sus pies de los zapatos y jugueteando con ellos. Tomás reconoció a Elena como la chica que había ido sentada frente a él esa mañana. Realmente, la reconoció más por sus pies y por sus zapatos que por su cara, pero no cabía duda de que era la joven que había viajado sentada frente a él aquella mañana. Durante su clase, Tomás no pudo evitar dirigir miradas de vez en cuando a los pies de Elena, ¡eran tan bonitos!
    
    El resto de la semana, Elena estuvo pendiente por las mañanas cuando iba a la facultad, pero no vio más a Tomás, que ya había sacado su coche del taller y no volvió a usar el transporte público. ...
    ... Lo que si hizo Elena fue sentarse siempre de modo que sus pies pudiesen quedar a la vista de Tomás durante la clase. Además, intentó recopilar toda la información que pudo sobre la vida privada de Tomás. En realidad, no consiguió averiguar demasiado, pero sí se pudo enterar de que se había divorciado hacía un año más o menos y que se acababa de mudar a una urbanización de lujo de la ciudad, donde vivía solo. Su situación económica era desahogada, pues estaba continuamente viajando para dar conferencias y participar en cursos por los que obtenía buenos beneficios.
    
    Elena ya había decidido ir a hablar con Tomás. Ella era una mujer decidida, pragmática y con las ideas claras. Iba a ofrecerle a Tomás un trato que podía ser beneficioso para los dos. Ella, en particular, esperaba poder conseguir con ese trato una magnífica calificación en la asignatura de Tomás además de mejorar su situación económica.
    
    Elena sabía que los viernes por la tarde Tomás solía quedarse a trabajar en su despacho del Departamento y que, normalmente, estaba solo. Llamó a la puerta y esperó respuesta:
    
    - ¡Pase!, respondió Tomás, un poco molesto, pues estaba concentrado en su trabajo y no esperaba ninguna visita.
    
    - Buenas tardes, profesor, dijo Elena al entrar.
    
    - ¿En qué la puedo ayudar, señorita?, respondió Tomás un poco agitado al ver que se trataba de la alumna de cuyos pies no había podido apartar los ojos durante toda la semana. Cuando la vio allí de pie, con esa falda corta y esas sandalias ...