Su profesor particular (capítulo I): La proposición
Fecha: 24/10/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Edstaston, Fuente: CuentoRelatos
... que dejaban ver los preciosos deditos de sus pies, se sintió algo incómodo. Intentó concentrar su mirada en la cara de Elena y no mirar a sus pies. La invitó a sentarse, para que sus pies quedaran fuera de su vista y no tener la tentación de mirarlos.
- No sé si me conocerá, mi nombre es Elena G. y soy alumna suya…
- Sí, dígame.
- He venido a hablar con usted porque, hasta ahora, modestia aparte, llevo un expediente brillante en la carrera y estoy muy interesada en que siga siendo así, pues al terminar este curso, optaré a una beca para cursar estudios de postgrado fuera de España. Sé lo exigente que es usted y lo difícil que puede resultar obtener buenas calificaciones en su asignatura…
- Señorita, no hay otro secreto ni otra opción que el trabajo duro, la interrumpió Tomás.
- Profesor, vengo a proponerle un acuerdo que puede resultar ventajoso para los dos.
- ¿Un acuerdo? ¿qué tipo de acuerdo?
- Pues verá, durante estos días, no he podido evitar fijarme en como miraba mis pies. Si no me equivoco, es usted fetichista de los pies femeninos. Por otra parte, según me han dicho, vive solo.
Lo que yo quería proponerle es que me dejara alojarme en su casa, con usted, durante este curso y se encargara de mi manutención. Por otra parte, y no menos importante, que me calificara su asignatura con matrícula de honor al final del curso.
De esta forma ganaríamos los dos: yo obtendría un beneficio económico, pues me podría ahorrar el dinero de mi alojamiento ...
... y alimentación, además de obtener una calificación excelente en una asignatura difícil y sin tener que esforzarme en trabajar en ella, con lo cual tendría más tiempo para dedicarme al resto de materias; por su parte usted, tendría mis pies a su disposición durante todo el curso y podría adorarlos a su antojo prácticamente a diario. ¿Qué le parece?
Tomás tenía ya más de cuarenta años pero siempre había mantenido en secreto su pasión por los pies femeninos. Con un par de mujeres que había salido había intentando llevarlo a la práctica, pero la reacción nada receptiva de ellas lo había disuadido. Desde entonces, saciaba sus ganas en soledad, con el material que encontraba en internet. En realidad, a menudo fantaseaba con hacer algo parecido a lo que decía Elena, es decir, ofrecer dinero o favores académicos a alguna de sus alumnas a cambio de dejarlo jugar con sus pies, pero no se atrevía por miedo a que se creara un escándalo que manchara su brillante carrera.
Por eso, cuando escuchó a Elena decirle con total claridad que pensaba que era un fetichista de los pies y que había visto como miraba los suyos. Tomás se había quedado azorado y no pudo evitar ponerse rojo. Eso convenció a Elena a seguir hablando e hizo que Tomás no fuese capaz de reaccionar e interrumpirla.
Cuando Elena terminó con la exposición de su plan, Tomás reunió las fuerzas suficientes como para sobreponerse y, pensando en su prestigio, respondió:
- ¡Señorita! No sé como se atreve a hablarme así. ...