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Sandra la loba
Fecha: 26/10/2024, Categorías: Infidelidad Autor: PobreCain, Fuente: CuentoRelatos
Toño es un hombre corpulento de casi sesenta años que se maneja con un bastón desde que un accidente laboral le fastidiara el tendón de Aquiles, acompaña a su esposa a todas partes y en general es un buen tipo. Sandra es dependienta en el mostrador de carnicería de un súper: una mujer exuberante de casi metro setenta con una cara graciosa; el uniforme de trabajo es incapaz de disimular un cuerpo echo para el pecado; largas y torneadas piernas un pandero respingón los pechos redondos y de un respetable tamaño que suele mostrar siempre que tiene ocasión y descarada muy descarada: lo que se dice una buena pieza; a sus veintipocos es incapaz de recordar cuantos son sus “ex” y es que cambia más de pareja que de bolso; actualmente lleva casi un año con el mismo pero quien sabe lo que eso puede durar. Cuando su esposa recorre los pasillos Toño se sienta en un banco frente a la carnicería por no andar incomodando y como no es el típico viejo “pesado” cuando no están despachando las chicas suelen hablar con él; esa tal Sandra aprovecha cualquier oportunidad para “provocarlo” y él responde a las picardías de la chica con moderación aunque no sin un punto canalla. Un lunes casi a mediodía apareció Toño y la única que estaba libre era Sandra que como siempre empezó a caracolear para que la admirase. Parece que ayer tomaste mucho sol; se te ve la piel colorada. La chica se inclinó tirando del escote para mostrarle el pecho hasta las areolas diciendo. Fuimos a una playa ...
... nudista y no veas como me puse. — a lo que él respondió de inmediato con sorna. Imagino como se pondrían los demás al ver tus gracias. Sandra sonrió y dio el “asalto” por ganado; se dio cuenta que estaba solo y al preguntar le respondió que su mujer había ido a comer con unas amigas como hace un par de veces al año; después van a tomar helados o copas y no regresa hasta la noche. — preguntó entonces en que podía servirle y fijando la mirada de forma descarada en sus pechos le respondió. Si supieras en lo que estoy pensando no te andarías por las ramas Sandra se puso seria y sin bacilar le espetó. Me deben horas y salgo en diez minutos: media hora antes de mi hora habitual y si quieres me demuestras de lo que eres capaz. — Toño le guiñó el ojo y marchó empujando el carro en el que ya llevaba algunas cosas; Sandra lo vio entre los estantes mirando y echando algún producto en el carro y pensó. ¡Otro que se asusta! Unos minutos después entró en el vestuario de las chicas y comenzó a desvestirse; había dejado la puerta de la taquilla abierta para sacar la ropa y al cerrarla vio frente a si a Toño que la miraba con una sonrisa en los labios y que inmóvil preguntó. ¿Me esperabas? Si lo que decías ahí fuera era broma te pido disculpas pero si iba en serio puedo darte una muestra aquí y si te complace podemos ir a otro sitio para qué disfrutes del resto. — sin esperar respuesta le dio la vuelta atrapó sus pechos con rudeza; besó su cuello y le susurró ...