1. Los vecinos del 104


    Fecha: 27/10/2024, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Ber, Fuente: CuentoRelatos

    ... arriba, pidiéndome que me hincara abriendo las piernas para poder lamer bien los huevos. Soltó un pequeño chorro de su copa en la cúspide de mi glande, resbalando el coñac en el tronco hasta gotear desde mis testículos. Lentamente disfrutó la bebida lamiendo y chupándome el escroto hasta que la terminó. Después se enderezó para lamer la cabeza de mi verga, abrió la boca y poco a poco se la fue metiendo hasta que la sintió en la garganta. Como si fuese una gran suripanta, subía y bajaba la cabeza estrechando mi tronco con sus labios. “¿Dónde, si no en las películas porno, habrá aprendido esta puta a hacer tan ricas mamadas?”, me decía mientras disfrutaba el calor de su saliva y del aire que resoplaba su nariz. Lleno de placer, entreabrí los ojos y pude ver la cara asombrada de Heriberto contemplando a su mujer, y seguramente se preguntaba lo mismo que yo. Cuando estaba a punto de venirme, se separó y me pidió ponerme de pie.
    
    Nos tomó, a su marido y a mí, de los penes y nos llevó a la cama. Allí, acostada ella y nosotros de rodillas, uno a cada lado, se metió los dos a la boca, con mucho trabajo, pero su lengua venía de un glande a otro y especialmente recorría el meato de la uretra, causándome un placer tremendo, y seguramente al marido también por la cara que él ponía. Nunca supe si era presemen, orina, o qué, lo que empezó a escurrirme.
    
    Después nos pidió que cada uno le mamara una teta. Yo aproveché para meter una mano bajo la nalga y con la otra acaricié su ombligo ...
    ... (porque Heriberto me había ganado la pepa). “Sí, bebés, mamen a su mami así…”, decía mientras nos acariciaba el pelo y nosotros parecíamos unas crías hambrientas.
    
    Al rato se puso en cuatro y me ordenó: “Puto, mámame la panocha y el ano como lo se lo haces a tus amigas”. Y me esmeré en satisfacerla. Luego sacó un frasco de lubricante.
    
    –Quiero que se vengan juntos. ¿Por dónde quieres tú, mi amor? –le preguntó a su esposo.
    
    –Por donde quieras, mamita –respondió él y ella le dio el frasco, asignándole el lugar.
    
    Ella palmeo la cama a su lado, indicándome que me acostara. Cuando lo hice, se ensartó en mí, y dándome un beso dejó libre su culo para que su esposo le preparara el esfínter. Paty fue penetrada por las dos vías teniendo orgasmos a raudales, entre gemidos y gritos donde se salía su líquido como arroyo resbalando por mis huevos y embarrando y enredando el vello de nuestros pubis con el movimiento. Ya sabes cómo sentía yo en mi pene con los viajes del de Heriberto, lo vivimos tú y yo con Stella.
    
    Al terminar todos rendidos, apenas se repuso y le pidió a su esposo que le limpiara la panocha con la lengua. Heriberto compungido, se inclinó para cumplir la petición, en tanto que yo sonreí, pero me agradó la devoción con la que le chupó la raja, que pronto cambió a un ávido lengüeteo donde la lengua recorría la entrepierna, el pelambre y entraba en la vagina hasta donde le era posible. Ahora el gesto de Heriberto era de lujuria y competía en ello con el de Paty, quien ...
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