1. Mi amiga y yo follamos con un madurito por dinero


    Fecha: 30/10/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Caprice, Fuente: CuentoRelatos

    ... somos putas, pero que nos gusta follar con maduros por dinero; más que nada como una forma demostrar hasta qué punto le motivamos.
    
    Yo jugaba al doble juego de sentirme sorprendida y curiosa después. Así le pregunté:
    
    —¿Cuál ha sido su respuesta?
    
    —Me ha ofrecido 50 euros por hacerlo conmigo, más que nada por economizar —manifestó Alicia—. Yo he dicho que no me vendo tan barata, que cualquier profesional le cobraría menos, pero pendiente de terminar lo antes posible. Por el contrario, nosotras somos dos, somos más jovencitas, estamos más ricas y le daremos la mejor experiencia de su vida, sin límite de tiempo y por donde quiera. Teniendo esto en cuenta, he fijado el precio en 300 euros por las dos. Ha respondido que era demasiado. Yo he replicado que esperaremos quince minutos antes de buscarnos a otro más dispuesto. Que, si es capaz de pagar la misma cantidad por día, solo por dormir en el hotel, que debe rondar este precio, follando con nosotras tendrá motivos para dormir feliz una buena temporada. Finalmente, le advertido que, pasados diez minutos, el precio sube a 400 euros. Han pasado apenas cinco minutos, y podemos darle un aliciente.
    
    Sin esperarlo, Alicia me cogió por la nuca, me acercó a ella y, a mitad de camino, me comió la boca al tiempo que me sobaba el muslo, apartándome la minifalda lo justo para mostrarlo entero y buena parte del culo. Apenas nos separamos, ahuecó el top y se sopló los pechos, simulando que los tenía acalorados. El pobre germano no ...
    ... tardó en reclamarla con el dedo índice.
    
    Nuevamente volvieron a charlar un ratito y regresó.
    
    —Acepta con las dos por 300 euros —concretó Alicia—. Yo lo hubiese hecho gratis si no aceptaba. El caso es que tengo el nombre del hotel y número de habitación. Solo debemos seguirlo, entrar separados y subir a la cuarta planta.
    
    —Definitivamente, algo no te funciona en el cerebro —le dije mientras caminábamos por la calle, sin asimilar del todo la situación, pero tan decidida como ella.
    
    —No es la primera vez que hago esto —confesó como si tal cosa—. Me motiva presionar a este tipo de hombres, pero mucho más contárselo a mi marido. No veas el polvo que me echa mientras le doy todo tipo de detalles.
    
    Me sorprendió que tuvieran una relación tan abierta; sin embargo, confesó que se casaron precisamente por esto, y que el otro era igual de golfo. Eso sí, siempre fuera de su ambiente habitual, por aquello de dar una buena imagen.
    
    En la puerta de la habitación, llamamos y el tipo nos abrió al instante, con el rostro visiblemente feliz. Alicia puso la mano y esperó hasta que el otro depositó los billetes en ella. Entonces entramos.
    
    —Yo no domino el inglés como tú —dije hecha un manojo de nervios a mi amiga—. Te pido que me traduzcas todo, por si algo se me pasa por alto.
    
    —No te preocupes, mi adorada Sandra —respondió antes de darme un piquito—, porque este es de los que follan mucho y hablan poco. En todo caso, alguna que otra orden o sugerencias sobre lo que prefiere. Lo ...
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