1. Jaula de castidad


    Fecha: 04/11/2024, Categorías: Sexo Interracial Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Mi esposa Anna se está preparando para su cita de esta noche... ¡Sí!... Ella es mi esposa y lo leíste correctamente... Es una cita con otro hombre.
    
    Ella se ha estado preparando para esta cita toda la tarde... Estuvo en la bañera durante más de una hora... Ayudé a mi esposa con sus uñas y las pinté de un color rojo brillante... Anna me dijo que a Jeff le encantaba verlos pintados de rojo brillante.
    
    Vi el vestido encima de la cama.. ¡Era negro!... De un tejido de algodón fino y tenía botones en la parte delantera. Supongo que no sería difícil desvestirse cuando estuviera con su amante esta noche.
    
    ‘¿Volverá a casa esta noche?... Es posible que no vuelva a casa en todo este fin de semana’, pensé.
    
    ¿Qué aspecto tenía Jeff?... ¡Ella no me lo diría!... Anna dijo que sería una sorpresa y que él estaba deseando conocerme.
    
    A Anna le gusta burlarse de mí, jugar con mis bolas y frotar su pulgar en la cabeza de mi polla... Ella se ríe cuando me lo hace... No puede tocar el resto de mi polla hasta que abra el candado de la jaula de acero en la que la tengo metida.
    
    Me da vergüenza hablar de la jaula... Anna la compró para mi último cumpleaños... Está hecha de acero inoxidable y tiene una curva que me impide tener una erección... Tiene un lazo de acero que se cierra alrededor de mis bolas.
    
    Anna le puso un candado y guarda la llave dentro de su bolso... Lo sé... Suena muy mal, pero fui yo quien le pidió a mi esposa que lo comprara... Todo fue idea mía.
    
    Cuando terminé ...
    ... de pintar las uñas de mi esposa, jugó con mis bolas durante unos minutos... Sentí ganas de correrme, pero todo lo que pude hacer fue ver la tensión acumulándose en mis bolas y ver mi polla gotear líquido transparente de su cabeza.
    
    Anna me abre la jaula un par de veces al mes, tal vez más... Depende de si tiene tiempo para permitirme correrme o no... Bueno, no me corro exactamente como la mayoría de los hombres se corren... Me hace algo que llama ‘ordeño’.
    
    Recuerdo la primera vez que me puso la jaula y Anna me la quitó, por primera vez, después de tres semanas... Tenía tantas ganas de correrme que mi polla goteaba de la emoción... Pensé que íbamos a joder esa noche, pero Anna tuvo una nueva idea que aprendió de una de sus amigas.
    
    Ella me asustó porque me esposó las manos a los pies de la cama mientras yo estaba desnudo y esperaba a ver qué iba a hacer a continuación.
    
    Katy colocó un pequeño taburete entre la cama y yo... Y también, una pequeña cantidad de hielo dentro de un cuenco... Ella había cosido una bolsita donde podía llenarla con hielo y la había puesto alrededor de mi pene... Sentía mucho frío... Me hacía sufrir.
    
    Anna me hizo inclinarme hacia adelante hasta que sentí un dedo sondeando mi culo... Se había puesto un guante de goma y antes había metido el dedo en un frasco de vaselina... Tengo que admitir que cuando sentí su dedo dentro de mi culo, me excitó.
    
    Ella continuó trabajándome hasta que sentí algo un poco extraño, pero placentero... Anna me dijo ...
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