Samantha: corrupción y perversión de una casada (ll)
Fecha: 17/11/2024,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: JCerva, Fuente: CuentoRelatos
... blancas. El vestido era de vuelo que le llegaba poco abajo de media pierna, en medio contaba con un cinto de color blanco que acentuaba su delgada cintura y de la parte de arriba era de tirantes con un escote algo pronunciado que dejaba a la vista una buena visión de sus grandes pechos.
Por los nervios de sentirse casi descubierta y la prisa de abrirle a su hijo, olvido ponerse un brasier y así sin más cerró la puerta de su cuarto y se dirigió a abrirle la puerta su hijo.
Samantha no se daba cuenta, pero con ese caminar apresurado que llevaba hacía que sus pechos se bambolearan libres debajo del vestido.
-Hola mi amor! Pasa, pasa y cuéntame cómo te fue en tu primer día de clases- aun un poco alterada, Samantha abría la puerta y dándole ligeros golpes en la espalda en forma de que se apresurara, metía a su hijo. Como si en la calle se encontrara alguien que hubiera visto las cosas que estaba haciendo hace unos segundos en su recamara.
-Ya voy, ya voy mamá no me estes empujando- con un tono fastidiado le respondía el puberto y es que le había tocado venirse caminando desde la escuela. Si bien esta se encontraba a unas cuantas cuadras de su casa. La poca condición física que tenía el chico sumando el gran calor que, hacia afuera, le había hecho sentir que había caminado por todo un desierto hasta llegar a su casa.
-Disculpa mi amor. ¿Quieres que te traiga un vaso de agua?- su madre le decía mientras se dirigía a la cocina en busca de algún vaso para servirle ...
... del vital líquido y el chico no pudiera ver lo colorada que aún tenía su cara.
-Mejor un vaso de refresco, mamá- le respondía el chico mientras se desparramaba en uno de los sillones de la sala.
Si bien, tanto Roberto como ella ya habían acordado el reducirle la comida chatarra a Daniel para que bajara de peso. En ese momento Samantha creyó que no era necesario ser tan estricta con su hijo, venia asoleado como para hacerlo enojar. Además, aun sentía los nervios por lo que había hecho hace unos minutos. No se sentía con la calidad moral de decirle que era bueno y que era malo. Así que mejor se dirigió al refrigerador y le sirvió un poco en el vaso.
-Aquí tienes mi vida. Ahora si cuéntame cómo te fue en tu primer día de clas… hummm...-Samantha le había dado el vaso a su hijo y cuando estaba posando sus nalgas en el sillon que estaba a un lado de él, no pudo evitar dar un gemido entre sorpresa y placer.
Y es que la mujer había olvidado la diminuta prenda interior que llevaba puesta. Esa que en su mente solo usaría para tomarse esas fotos eróticas y luego se quitaría, pero por las prisas de abrirle a su hijo había olvidado quitársela.
Samantha cuando se había sentado, sus caderas y nalgas aumentaran de volumen, haciendo que los hilos laterales de la tanga se tuvieran que estirar a lo máximo y que el hilo que se encontraba en el fondo de ese par nalgas se incrustara directo en su rosado y virginal ano haciéndola sentir esa placentera, pero sorpresiva sensación. Sin ...