1. Jugando al teto


    Fecha: 28/10/2018, Categorías: Microrelatos, Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos

    ... de verano hacía grato sentarse en el mismo lugar de hace años, ese banco de plaza que seguía en la zona donde el mismo arbusto cubría de sombras para ocultar el jugueteo de los enamorados, no hay gente, parece que solo nosotros habitamos en lugar robado a los sueños.
    
    Estamos solos, como en el juego de las escondidas, los recuerdos entrañables surgen en tiempo real. El juego perdió el candor de la inocencia, dos adultos quieren rescatar ese momento del arcón de los recuerdos, sienten el fragor de los años idos, olvidados del mundo y de todo, solo es el acá y ahora, cerramos los ojos y vivimos nuestro momento.
    
    Estamos escondidos, a la sombra del arbusto, pegado a su espalda, con todo el cuerpo fregando el de ella, abrazado tomando sus pechos en mis manos, mi boca sobre su cuello, jugando a la parejita de niños, deviene el macho y la hembra, el revival de nuestra primera vez.
    
    Nos movemos, acomodando el miembro endurecido por el roce, entre los cantos de Susy. No se sale, menea las caderas para sentirme mejor, el roce vigoriza, la calentura agiganta el deseo, mi lengua recorre el cuello, se estremece, gemidos muy quedos, sacude como gata en celo.
    
    Perdido en la calentura, exploré bajo la falda, osado toqueteo, entre las piernas, húmeda, arde, se abre para el manoseo audaz. Lánguida, se estira apoyándose en el respaldo del banco de plaza, saca las nalgas para atrás, espera la mano indiscreta, los dedos atrevidos hurgan entre los labios, los jugos emergen abundantes y ...
    ... fragantes como antes.
    
    Audacia y deseo son la mezcla explosiva que detona cuando dos dedos húmedos se introducen entre os labios desde abajo, ida y vuelta jugando a penetrarla.
    
    - Susy querés jugar al teto? - Como para decir algo, espero...?
    
    - Cómo es?
    
    - Te agachás y yo te la meto!
    
    - Así? Mejor al zorro. Vamos?
    
    No hizo falta más, corrí la bombacha y se la mandé, un ahogado quejido indicó que llegué a tope, empujé, ahoga los gemidos para llamar la atención de alguien que pudiera estar cerca. La estoy bombeando, mi aliento humedece su cuello, en un susurro le digo que no se queja como esa primera vez.
    
    - Claro ahora la siento un poco más gorda, pero ya no soy virgen, en esa ocasión me rompiste.
    
    Nos entregamos con la misma ansiedad y nervios de nuestro debut, ahora somos dos adultos adúlteros entregados al coito impetuoso y urgente, con la torpeza propia de la incomodidad, suplida por el vigor impuesto por el deseo acumulado renacido. Sus gemidos preanuncian la llegad emocionada de ese momento de magia que está gestándose, el orgasmo que corona ese momento de glorificación amatoria, es el momento de dedicarle tiempo y esfuerzo en buscar el mío.
    
    La intensa presión de mis dedos sobre sus hombros y empuje de mi pelvis contra sus nalgas son el claro indicio que el proceso de la eyaculación está llegando a la cima. Abundante y caliente, dijo que sentía el obligado baño de mi leche. No quería salirme pero el riesgo de ser vistos era mucho, al salirme de ella, ...