Jugando al teto
Fecha: 28/10/2018,
Categorías:
Microrelatos,
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... quedó latiendo sin perder casi nada de la rigidez. Volteó para mirarla.
- Todo esto me metiste. Qué bruto!
- Te dolió mucho? No tanto como esa vez
- Qué te pareció?
- Me gustó, pero voy a querer más…
- Ahora, ya?
- Sí, pero no será acá, necesito lavarme, mira cuanta leche me largaste dentro.
Mi pañuelo sirvió para recoger casi toda la enlechada, su pañuelito quedo dentro de su bombacha para retener el resto que sigue fluyendo.
- Pasamos la noche juntos? –asiente
Un taxi nos llevó a un hotel, nos higienizamos, y salimos a comer como dos novios luego del perdón por alguna pequeña culpa, los mimos y juegos, luego el hotel y el sexo. Pregunta:
- Beto jugamos al teto?
Fue la señal, besos y abrazos, en el baño la senté sobre el lavatorio, abierta de piernas, conchita totalmente depilada, comencé a lamer y sorber esa humedad tan especial, piernas al hombro, tomada de las nalgas, ahogándome con el aroma de su sexo.
La tomé en brazos y la deposité sobre el lecho, abierta como estaba me recibió dentro de su sexo, entrando con la potencia de un titán, abriendo y empujando, estremeciéndola en cada penetración. Tamaño despliegue de poder, más el juego erótico previo, bastaron para que su orgasmo brotara irradiando su efecto como flor en primavera. El mix de sensaciones se transmite en código de latidos y contracciones vaginales sobre el pene que persiste en horadar sus entrañas.
Cuando llegué a la cúspide de mi excitación, fue tiempo de eyacular, la ...
... vorágine de esperma pugnaba por irradiarla con mis ganas de hacerla mía. Salido de su cueva, permanecí arrodillado a sus pies viendo como el primer vestigio seminal asoma entre los labios vaginales, retiene el espeso fluido entre las yemas de sus dedos. Una toalla justo a tiempo evita que tengamos que dormir sobre el resto de la esperma rebosante.
Hubo un segundo acto sexual antes de entregarnos abrazados al reparado sueño.
En la maña hubo un último acto de sexo y reconciliación con los recuerdos amatorios de nuestro despertar sexual. La despedida fue un “hasta la próxima” que no entendíamos bien que significaba.
Por esas cosas del azar y otro poco ayudado por alguna trampita, dos meses después se nos dio de “coincidir” estando en la ciudad de Buenos Aires, esta vez con nuestras respectivas familias, pero nos hicimos un tiempo para vernos, a solas.
Cuando nos encontramos, fue igual de emocionante, ella lucía un incipiente embarazo.
- Qué bien mis felicitaciones al padre. –acariciándoselo.
- No me preguntas cómo fue?
- Fue jugando al teto? Supongo.
- No, jugando al zorro. Como el teto, pero sin forro!
La sonrisa tierna y el beso significaban algo más que eso, pero no me animé a preguntar más.
Nos despedimos, antes de regresar con mi familia decidí caminar por los senderos de la plaza, detenerme junto a ese banco, testigo mudo del despertar sexual, y hacerme hombre con Susy. Volver con a cargar la baterías del alama, guardar esos sentimientos más ...