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El jefe de su marido (quinto capitulo)
Fecha: 21/11/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: CuentoRelatos
Cuando Mateo llegó a casa venía contento. Ella miró el reloj de la pared de la cocina y comprobó que era un poco más temprano de la hora habitual de llegada de su marido. - Hola cariño, hoy saliste antes? - Si cielo. – el abrazó desde atrás dándole un beso en el cuello – El señor Gómez hoy estaba de buen humor y no parecía el mismo. Es sorprendente los cambios de humor que tiene de unos días para otros. - Bueno mejor así cariño – Silvia sabía que seguramente ella era el motivo de ese buen humor de aquel viejo – Estaba preparando la cena. - Huele muy bien cariño.- Mateo separo las manos de la cintura de su mujer y fue hacia la puerta – Nuestra princesa ya duerme? - Si cariño, le di el biberón y ya la metí en la cuna. - Voy a mirarla un rato, vengo ahora. Silvia se sintió culpable de cómo estaba actuando. Amaba a su marido y sabía que era algo recíproco. Mateo era un maravilloso padre, esposo y persona. Intentó rebajar su sentido de culpa pensando que todo lo que había hecho era por él, por su bebé, por mantener aquella familia a pesar de los problemas económicos. No era culpable de eso pero si lo era por estar sintiendo esas cosas. Que se dejara humillar por ese odioso hombre, era una circunstancia a la que se había visto arrastrada por culpa de sus malditas deudas pero no tenía porque sentir aquel placer inexplicable cada vez que sentía aquella mano intrusa manosearle el coño. De eso sí que se sentía culpable y le avergonzaba recordar como el jefe de su ...
... marido le había hecho eyacular. Recordó la sensación de alivio cuando se fue de casa de Cristina al saber que aquella mujer también la había hecho eyacular, se odiaría a sí misma si eso solo fuera capaz de conseguirlo con ese hombre. Pensar en aquella mujer también le hizo sentir culpable pues con ella había estado voluntariamente. Al ir a su casa en ningún momento había pensado en la posibilidad de que algo así pudiera terminar pasando, pero aquella mujer tenía el don de hacerla sentir cómoda y hacerla sentir mimada con solo su manera de hablarle y mirarla. A su mente acudió la imagen de Cristina desnuda y aquel impulso irrefrenable que le llevó a quitarse la toalla para ofrecerle la vista de su cuerpo desnudo y ese mismo impulso cuando casi corriendo fue a su lado para abrazarla y sentir sus pechos pegados a los de esa mujer. Se excitó al recordar sus pezones unidos como si se besaran entre ellos. Su mente no estaba allí, en casa con su marido, cuando estaban viendo aquella película después de cenar. Su mente estaba en el piso de aquel maldito hombre y por momentos viajaba al piso de Cristina. Cuando se abrazó a su marido y acarició su pierna, su mente estaba en una cama que no era la suya. Acarició la pierna de Mateo, deseaba hacer una cosa. -Vamos para cama cariño – su marido se excitó al sentir las caricias de su mujer y deseaba hacer el amor con ella. - No cielo, quedémonos aquí en el sofá. - Quieres hacer el amor aquí en el salón? - Quiero hacer otra ...