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El jefe de su marido (quinto capitulo)
Fecha: 21/11/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: dulceymorboso, Fuente: CuentoRelatos
... cosa – Silvia se arrodilló en el suelo entre las piernas de su esposo y le bajó el pijama Hacerle sexo oral a su marido siempre le había gustado pero no era algo que la volviera loca y normalmente era algo que lo hacía cuando él se lo pedía. Mateo se sorprendió y le encantó la idea de que su mujer quisiera hacerle una mamada sin él decírselo. Enseguida tuvo la polla totalmente erecta con las caricias de Silvia. Cuando agarró el sexo de su esposo comprobó que sus dedos podían rodearla totalmente. Miraba el miembro de Mateo y no pudo evitar compararlo con la polla que esa misma mano había masturbado por la mañana. Siempre había pensado que la polla de su marido era preciosa pero en esos momentos deseo tener en la mano no una polla preciosa sino una polla que sus dedos no pudieran rodearla por completo, una polla más oscura y con venas mucho más en relieve. Las de su marido eran como pequeños montes y las de ese odioso señor eran como montañas. -Te quiero cariño – las palabras de Mateo rompían el silencio. Ella se sintió culpable y avergonzada de desear que esa voz que rompía el silencio fuera la voz grave que tanto le imponía y no deseaba escuchar un te quiero sino un, si quieres eyacular yo también eyacularé en tu boca. - Chsss….. No digas nada por favor. – Silvia solo pudo decir eso antes de cerrar los ojos. Cerró los ojos y se metió la polla de su marido en la boca directamente. Abrió mucho los labios y se dio cuenta que no era necesario. ...
... Inconscientemente su boca deseaba sentirse totalmente llena como lo había estado esa mañana. Y su cavidad bucal se sintió defraudada, su lengua se negaba a repasar con deseo aquel glande que no era tan oscuro ni gordo y lo hacía a desgana, su mente se sintió vacía de estímulos. Silvia llevó su mano entre sus piernas y sintió su coño apenas húmedo, deseaba haberlo sentido mojado, incluso goteando en el suelo como aquella mañana goteaba sobre la colcha de ese viejo. Su marido no se merecía aquella triste y frustrada mamada y Silvia dejó que su mente volara sin ponerle freno como hasta ese momento y su mente voló. Y Silvia rememoró cada segundo de esa mañana y sintió que estaba entre las piernas del señor Gómez, con los ojos cerrados recordó sus labios totalmente abiertos por la presión de aquel gordo glande que se adueñaba de su boca, recordó el sabor de aquella polla que tanto le había gustado. Buscó con sus dedos entre las piernas y esta vez si que tenía el coño empapado. Y chupó con ansia pensando que eran los dedos magistrales del ser que le repugnaba pero que sabía hacerla eyacular. Se imaginó la boca del señor Gómez entre sus piernas, sus labios abiertos esperando que derramara a chorros su placer en su garganta. Y Mateo empezó a temblar, pero para Silvia en aquellos momentos no era su esposo el que estaba allí sino su jefe. Y Silvia sintió que se corrían juntos y dejó que Mateo eyaculara en su boca por primera vez. Pero no era el señor Gómez ni ella había eyaculado en la boca de ese ...