El convento
Fecha: 22/11/2024,
Categorías:
Fantasías Eróticas
Autor: Marquez X, Fuente: CuentoRelatos
Siglo XVIII, el convento estaba ubicado en un pequeño pueblo en el norte de Italia, estaba regido por el recién llegado sacerdote Donato de 56 años, era un hombre de estatura elevada (198 cm), un poco gordo, de barba negra y tupida, muy bonachón y querido por los habitantes del pueblo y también por las monjas del convento, con excepción de la madre superiora Gabriella, tenía 48 años, era una belleza pelirroja de ojos verdes, media 180 cm; desde que enviaron desde Roma al padre Donato, el mal humor se apoderó de la madre superiora, pues prácticamente la habían relevado de su poder jerárquico, que anteriormente ejercía con orgullo.
Era una edificación que estaba en las afueras del pequeño pueblo, constaba de un comedor enorme, una cocina, una gran enfermería dividida en tres pequeñas habitaciones, cada una con su respectiva camilla, una pequeña capilla, un despacho parroquial y 10 habitaciones ocupadas por una veintena de novicias, la principal de ellas, que anteriormente era ocupada por la madre Gabriella, tuvo que cederla cuando llegó el padre Donato, la madre superiora fue relegada a una de las habitaciones regulares del convento, donde compartía habitación con las otras tres monjas de rango superior, Brunilda la alemana de cabello negro y ojos penetrantes del mismo color, era una gigantesca vikinga de 185 cm, a sus 28 años era la más seria e introvertida de las tres, solo hablaba lo que era necesario, a veces intimidaba incluso a Gabriella con su mirada de acero, le ...
... seguía en rango, Varenka la rusa de cabello rubio plata, ojos grises, media 176 cm, a sus espaldas, la llamaban la Rusa loca, se sabía al derecho y al revés la biblia, lo cual utilizaba para dar sermones a las novicias cuando era necesario llamarles la atención, tenía 24 años, por último estaba la francesa Laetitia, la más alegre y bondadosa de todas, tenía el cabello castaño y ojos azul cielo, media 162 cm, era la más querida de las monjas y la menor de ellas con tan solo 18 años, era con quién mejor se llevaba el padre Donato.
Las tres monjas tenían dos cosas en común, una de ellas, era el ejercicio de la medicina y lo otro era la singular belleza que poseían, al igual que la madre superiora Gabriella, todos los hombres del pueblo soñaban con los rostros de las monjas del convento cuando las veían en contadas ocasiones, pero solo suspiraban por sus rostros, pues gracias a sus hábitos no alcanzaban a imaginar sus cuerpos, que por cierto estaban bendecidos con gloriosas curvas, que a su debido tiempo serán descritos en este relato.
Desde la llegada del padre Donato, se empezaron a celebrar misas todos los domingos en la capilla del convento, ya que la iglesia que estaba dentro del pueblo, fue víctima de un incendio en el que murió el padre Lorenzo y su sacristán, ésta fue la razón de la temporal visita del padre Donato al convento, quien esperaría a que construyan de nuevo un templo en reemplazo del anterior, para trasladarse a éste, lo cual esperaba con muchas ansías la ...