1. El maestro de arte de mi hija


    Fecha: 26/11/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Ishtar Flores, Fuente: CuentoRelatos

    ... ingresar a la sala, en lo que cargaba su celular, le dije que iría a mi cuarto, que estaba en confianza, subí y me pinte mis uñas de color rojo. Al subir las escaleras pude ver su mirada, le había gustado, no cabe duda. Después de unos minutos decidí bajar, porque su celular ya debía haber recuperado su pila, al menos para llegar a su casa. Baje las escaleras y aquel joven maduro, me veía con deseo. Le dije como va su celular joven y respondió bien señora, gracias, muy amable me paso a retirar, le dije gracias y disculpe la molestia, porque Ana no le aviso que no estaría, no se preocupe contesto.
    
    Íbamos rumbo a la puerta, cuando me dijo: señora con todo respeto le puedo decir algo y hacerle una observación, ok alcance a decir, y el comento: se ve fenomenal, muy elegante y sexi, me sonrojé y le dije gracias es usted muy amable, me sonrojas, y el añadió es la verdad, a sus 40 años, es como el vino, me quedé halagada y le dije tengo 50 años, dijo no lo puedo creer, felicidades. Mientras me decía esto, el maestro me clavaba sus ojos por todo mi cuerpo y sobre todo en mis senos, puestos en el escote de ese vestido. Luego de recorrerme con su mirada tan penetrante, me dijo la observación que le quiero hacer es la siguiente, con todo respeto, insisto: ¿por qué no se quita el brasier...?, señora; ¡no le va! ¡El mismo vestido le sostiene los senos!, y creo que no lo necesita, ¡tampoco!
    
    Tienes razón, me lo voy a quitar, sus palabras y miradas me habían excitado e hice una ...
    ... jugada maravillosa, le dije, ¡Voltéate!, baje mi mini vestido y me retiré mi brasier, que dejé encima de aquel sillón, y luego de ello, le dije: ¡Ya está, puedes voltear...! ¿cómo me veo? ¡Muy guapa! Su cinismo y su descaro me subyugaban. Tenía demasiado carisma y mucha decisión y virilidad: ¡la destilaba a cada momento, en todos sus ademanes...!; ¡su compañía me resultaba sumamente agradable! Eduardo era muy audaz y atrevido; estuvimos platicando de su trabajo.
    
    Señora déjeme decirle unas palabras, sorprendida no dije nada, pero él lo entendió como un si. “Señora, desde que me abrió la puerta me encanto, usted esta demasiado hermosa, rica, sabrosa, bien cogible. No me importa tu edad, que estés casada ni nada solamente quiero estar contigo. Sé que tendré que estar solamente las veces que tú puedas, pues entiendo que al estar casada solamente será de vez en cuando y cuando puedas. Y me gustaría ser el corneador. Por favor dime que, si quieres que estemos juntos, estoy deseando estar contigo. Dime cuando podemos vernos, cuanto antes mejor, si quieres ahora mismo”.
    
    Quedé sorprendida y halagada, y respondí como señora de casa, que atrevido y grosero es usted, como se atreve soy una señora decente respéteme. Y el contesto con sarcasmo, -señora decente y vestida así- y diciendo eso, de pronto y sin saber cómo, me encontré apretado a él, intentándome besar la boca, sintiendo el contacto de su cuerpo contra el mío. Él al notar mis pechos contra el suyo se puso al rojo vivo. estás ...
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