El novio de Rafaela (parte 3)
Fecha: 26/11/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Bellota D I, Fuente: CuentoRelatos
Un puto ascensor emocional, eso fue. Este manipulador jugaba conmigo y me había dejado sin voz. Prendió el motor, desabrochó su pantalón, sacó su verga tensa y empezó a manejar. Ya la veía de cerca, era particularmente gruesa. Un escalofrío me recorrió al pensar en lo rico que me llenaría la concha.
—Me voy a pajear apenas lo suficiente que para que se quede parada hasta llegar a casa. La vas a mirar todo el camino, Sandra. Pero cuidado, como en los museos: miras, pero no toques.
Me agarró delicadamente la nuca para que agachara la cabeza y estar seguro no me perdía ni un centímetro de su erección.
—Así querida, mira… mira el pedazo de carne que te va a cachar bien duro…
Se hacía el macho mal criado y me encantaba el juego. Levanté mi vestido, abrí las piernas y le contesté, provocadora:
—Ya, si quieres. Voy a mirar bien, no te preocupes. Y si no te puedo tocar, pues me voy a tocar a mí.
Me vine justo antes de llegar a la esquina de la calle donde vivían. Los doscientos metros que quedaban para llegar bastaron para que Lionel volviera a guardar su sexo en su pantalón y que yo retomara cierta contundencia. Así llegamos a su casa, con el carro lleno de cajas de vino, yo todavía enrojecida por mi orgasmo y él esforzándose para que bajara su erección. Rafaela nos esperaba en la terraza con una cerveza en la mano, radiante de felicidad. Parecía que su tarde de masaje había sido placentera. Pero de repente no tanto como la nuestra.
En la noche, probamos los ...
... vinos. Lo suficiente para que Rafaela estuviera totalmente tranquila en cuanto a su calidad y que Lionel y yo estuviéramos picaditos. Fue una noche alegre, conversamos mucho, contando chistes y brindando a su futura boda, iba a ser muy bonita.
El viernes en la mañana, me desperté tarde, ya solo faltaba un día antes de la ceremonia y de la fiesta. Parecía que todo estaba listo y Rafaela estaba tranquila. Los primeros invitados iban a llegar al final de tarde. Eran familiares o amigos cercanos que venían de lejos y que se iban a alojar en casas de campos cercanas o con carpas en el inmenso jardín, para los más aventureros. La pareja había planeado hacer parrilla con ensaladas y postres para la noche, invitando a los que acabaran de llegar para poder pasar un momento juntos antes del gran día. Mi novio, que también nos iba a alcanzar en la noche, me había pedido que preparara mi “ratatouille”. Era su plato favorito y quería que todos pudieran probar la receta de mi abuela originaria del sur de Francia que, según sus dichos, era la mejor de la Tierra.
Después de un desayuno tardío, los tres empezamos a cocinar para la noche, escuchando la radio. Rafaela nos dijo que sus padres llegaban en tren en la tarde y que había que ir a recogerlos a la estación más cercana, a unos 25km. Por cortesía, Lionel propuso ir, una oferta que Rafaela rechazó al toque, con una mirada golosa.
—Vida ¿no querías preparar tu arroz con leche? —le preguntó haciéndose la ingenua. —Sandra, tienes que ...