El novio de Rafaela (parte 3)
Fecha: 26/11/2024,
Categorías:
Dominación / BDSM
Autor: Bellota D I, Fuente: CuentoRelatos
... probar el arroz con leche de Lionel… ¡Es una delicia! Nunca en la vida he probado cosa más rica. Voy a ir a recoger a mis padres yo, para estar segura de que te alcance el tiempo para preparar esta maravilla, mi amor.
Lionel la abrazó sonriendo y le regaló un besito en la boca con una mirada cómplice y llena de amor. Fue así que la gula de Rafaela nos llevó a quedarnos solitos en la cocina durante una buena hora aquella tarde. Era de estas cocinas modernas, renovada con gusto y cómoda. Tenía una imponente isla central, con una encimera de madera donde me había instalado para preparar las verduras. Lionel ocupaba la placa con un par de ollas llenas de arroz con leche de las cuales se escapaba un delicioso olor a canela. Removía las masas untuosas continuo y lentamente con un batidor de metal. Apenas Rafaela hubo cerrado la puerta de la casa, que sentí la presencia de Lionel en mi espalda. Acercó su boca de mi oreja y susurró:
—Hoy si te pusiste un calzón, ¿no? ¿Tienes miedo de que tu amiga se entierre de la depravada que eres?
Asentí con la cabeza mientras había puesto sus manos sobre mis caderas. Llevaba una falda ligera y un top de algodón blanco, sin sujetador para estar cómoda.
—A ver… —siguió, levantando mi falda.
Me calentaba ponerme a su disposición, lo dejé hacer mientras seguía picando tomates como si no pasara nada. Había bloqueado la tela de mi falda en la cintura y regresó a sus ollas. De vez en cuando se daba la vuelta para mirarme y disfrutaba de ...
... la vista sobre mi calzón de encaje negro. Me quedé así expuesta un buen momento, hasta que Lionel terminara de cocer su arroz con leche. De la nada, sentí un objeto frio que me acariciaba el interior de los muslos. Estaba de nuevo en mi espalda y me tocaba con el mango del batidor. Subió lentamente hasta mi entrepierna y no pude detener un gemido cuando tocó mi calzón. El contacto del metal me excitaba y más aún porque sabía que este vicioso había elegido un juguete particular, a modo de guiño a mi cepillo de cabello. Siempre me gustó jugar y hacer subir lentamente la temperatura, pero dado los meses que llevaba deseándolo en secreto y lo que había pasado el día anterior, ya no podía más. Quise que llegara al grano rápidamente.
—Quiero que me la metas —le dije en voz baja, lasciva, arqueándome y abriendo las piernas.
Una presión más fuerte del mango del batidor contra mi sexo me contestó. Pasó su mano en mi calzón y me acarició levemente los labios antes de llevarse los dedos a la boca.
—Y además de ser una zorra de primera, sabes rico…
Mantenía el mango horizontal entre mis labios mojados, presos del encaje, y amasaba mis nalgas con la otra mano. Yo había soltado el cuchillo que tenía en la mano y me apoyaba en la encimera, tratando de sobarme en la pieza de metal. Me agachaba y el jugo de los tomates mojaba y manchaba mi top blanco. Quería sentir su verga ancha llenarme, pero Lionel no lo veía con estos ojos y estaba bien decidido a revelarme su lado perverso y ...